J. L. A.

Los tráficos de El Musel crecieron en los cinco primeros meses del año un 5,16 por ciento respecto al mismo período de 2009, cifra que supone más del doble del crecimiento medio en las dársenas incluidas en el sistema español, según datos de Puertos del Estado.

La terminal gijonesa movió hasta el pasado 31 de mayo un total de 6,3 millones de toneladas, frente a los 6 millones de los mismos meses del año pasado, el de peores resultados de la última década. La crisis económica y la caída de la demanda afectaron al conjunto del transporte mundial, con fuertes descensos en los balances anuales de la mayoría de los puertos, incluidos los españoles.

Las veintiocho autoridades portuarias que pertenecen al sistema estatal sumaron un crecimiento medio del 2,43 por ciento hasta mayo, con un movimiento total en sus terminales de 170 millones de toneladas, frente a las 166,8 de los cinco primeros meses de 2009. Destaca el crecimiento del otro puerto estatal asturiano, el de Avilés, cuyos tráficos aumentaron un 26,26 por ciento, la segunda dársena española con mayor subida porcentual, sólo por detrás de la de Marín-Pontevedra (32,04 por ciento).

Las subidas en las mayores terminales españolas, entre las que se encuentra El Musel debido a su liderazgo nacional en el movimiento de graneles sólidos, experimentaron, sin embargo, crecimientos mucho más moderados: Algeciras, un 2,06 por ciento, y Valencia, un 5,13 por ciento. Dársenas como las de Barcelona y Bilbao registraron, incluso, peores datos que en los primeros cinco meses de 2009, con descensos del 1,31 y del 4,29 por ciento, respectivamente. Hay que destacar, asimismo, la subida de la actividad en los muelles de Tarragona, con un crecimiento del 13,81 por ciento.

Los tráficos de El Musel volvieron a crecer el pasado junio, según publicó este periódico el pasado jueves, 1 de julio. Los muelles gijoneses han movido en el primer semestre 910.573 toneladas más que en el mismo período de 2009, con un crecimiento del 13,92 por ciento. Es preocupante, sin embargo, la fuerte caída del carbón térmico.