Miriam SUÁREZ

Los vecinos de El Muselín tienen miedo de que «nos la vayan a colar» con el nuevo Plan General de Ordenación (PGO), en el que se incluye la decisión municipal de convertir el barrio en un gran parque. Por mucho que el Ayuntamiento insiste en que el proceso será largo, y «no se echará a nadie que no quiera irse», ellos no acaban de fiarse de un proyecto que conlleva la desaparición del que ha sido su lugar de residencia durante décadas.

Ayer, representantes de El Muselín y de las cuatro asociaciones de vecinos del entorno -Portuarios, Jove, Pescadores y La Campa- tuvieron ocasión de escuchar las explicaciones oportunas de boca del concejal de Urbanismo. Pedro Sanjurjo les garantizó que no habría expropiaciones y que si se lleva a cabo esta operación es estrictamente por motivos de seguridad. Estudios específicos sobre El Muselín desaconsejan el uso residencial en esta zona urbana por problemas geológicos.

Ya hace más de 20 años que están suspendidas las licencias de construcción en el barrio, precisamente por la inestabilidad que presenta el terreno. Pero, ante los riesgos de desprendimiento, «¿por qué no se refuerza el barrio en lugar de desalojarlo?», plantearon los vecinos. Porque El Muselín se encuentra situado en la ladera de la Campa Torres y «sujetar» una montaña no es asumible ni técnica ni económicamente para la Administración, justificó Pedro Sanjurjo.

Los servicios técnicos municipales vinculan el futuro de El Muselín a los nuevos desarrollos residenciales de Jove. En concreto, a la operación de cirugía urbanística que se llevará a cabo en los bordes de la Ronda Oeste, donde el nuevo PGO permite construir cerca de 800 viviendas. Los promotores de estas nuevas bolsas de suelo urbanizable tendrán que hacerse cargo de adquirir las casas y fincas de El Muselín para su posterior cesión al Ayuntamiento, que hará con esas propiedades lo mismo que en Los Pericones: un gran parque.

Según se explicó ayer a los vecinos, los constructores pagarán sus bienes a precio de mercado. «Sabe Dios», ponían en duda, al término de la reunión, algunos asistentes. Al encuentro con Sanjurjo, que se celebró en el salón de recepciones del Ayuntamiento, también asistieron el concejal Faustino García, responsable del área urbana donde se encuentra El Muselín; Cosme García, director de Planificación Urbanística, y representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Urbana.

«Al final, los que no vendan o no accedan al realojo, acabarán quedando en una situación de precariedad, entre casas abandonadas y caminos viejos, lo que es otra forma de echarnos», temen los vecinos, y así se lo trasladaron a Pedro Sanjurjo y Faustino García. «Se mantendrán todos los servicios que se vienen manteniendo ahora hasta que se complete la operación», les garantizó el máximo responsable del urbanismo gijonés.