El «Grupo de El Bibio», la reunión semanal de curas gijoneses que es probablemente el foro sacerdotal más longevo de la Iglesia española, está a punto de cumplir 40 años. Un lunes de octubre de 1970 -quizás el último de ese mes, aunque no hay constancia documental de ello-, unos veinte sacerdotes se reunieron el la Casa de Ejercicios de El Bibio, el edificio diocesano próximo a la plaza de toros de Gijón, que fue lugar de retiro y encuentro para la Iglesia asturiana y gijonesa. La Casa de Ejercicios de El Bibio existió como tal desde 1952 hasta el día 31 de octubre de 2000, cuando fue enajenada por el Arzobispado de Oviedo, pero de ella permanece su nombre como referencia del grupo de curas, ya que entre sus paredes se desarrolló el encuentro de un sector de la Iglesia con la sociedad gijonesa y asturiana del tardofranquismo y la transición democrática.

Aquella reunión de curas de hace 40 años finalizó con una pregunta: «¿Por qué no nos vemos el lunes que viene?». Y así ha sido hasta el presente. El «Grupo de El Bibio» sigue reuniéndose cada lunes en una cena y un intercambio posterior de ideas y reflexiones sobre la Iglesia de este tiempo. Lo forman unos diez veteranos de aquellos veinte fundadores, entre ellos, el párroco jubilado de San José, José Luis Martínez, o José María Díaz Bardales, párroco de Fátima, en La Calzada. Hace unos doce años, cuando fue nombrado párroco de San Pedro, se sumó al grupo otro sacerdote de peso, Javier Gómez Cuesta, ex vicario general de la diócesis. Hace un tiempo también se incorporó el sacerdote Alberto Torga, capellán jubilado de emigrantes en Holanda y Alemania. El «Grupo de El Bibio» cuenta asimismo con sacerdotes de fuera de Gijón, como Alfredo Cueto, párroco de El Pozón, en Avilés.

Los curas de El Bibio celebrarán a lo largo del entrante mes de octubre el aniversario de su grupo, con una invitación especial al arzobispo emérito Gabino Díaz Merchán, que estos días se recupera de una intervención quirúrgica a causa de una dolencia intestinal. Merchán fue soporte moral de aquellos sacerdotes fundadores y continuadores de El Bibio, cuyos documentos irritaban a ciertos sectores sociales al tiempo que el arzobispo defendía su competencia e idoneidad para pronunciarse sobre los problemas contemporáneos.

De hecho, el año de nacimiento del «Grupo de El Bibio» no fue fortuito. Los últimos años del franquismo se dejaban notar y la posterior transición fue acompañada por una Iglesia que pilotaron el cardenal Enrique y Tarancón y, a continuación, Díaz Merchán, como presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). No es casual que ambos fueran arzobispos en Asturias (el primero de 1965 a 1969, y Merchán de 1969 a 2002).

Como dato curioso, en lunes cayeron el asesinato de Carrero Blanco, en 1973, y el golpe de Estado del 23-F, en 1981, fechas clave del final del franquismo y de la transición. Y ambos lunes el «Grupo de El Bibio» estaba reunido y expectante. Gabino Díaz Merchán había iniciado su pontificado en Asturias el 21 de septiembre de 1969, al tomar posesión del Arzobispado de Oviedo.

Justo un año después nacía el «Grupo de El Bibio» bajo unas condiciones eclesiales concretas. En 1970 el Arzobispado había hecho frente al tremendo crecimiento de la población gijonesa, que se había incrementado en 60.000 almas durante los sesenta y lo haría en 70.000 durante la década siguiente. Ese año habían sido erigidas en Gijón nueve parroquias: Buen Pastor y San Vicente de Paúl, en El Llano; Sagrada Familia, en Contrueces; San Melchor, en El Cerillero; la Inmaculada, en Ceares; la Resurrección, en Laviada; el Espíritu Santo, en Magnus Blikstad; Nuestra Señora de Begoña, en el centro, y San Antonio de Padua, en La Arena. Las nuevas parroquias supusieron la llegada de nuevos párrocos a Gijón, como fue el caso de Eduardo Gordón, hoy párroco jubilado de San Lorenzo y que en 1970 se incorporaba al Buen Pastor. Gordón fue uno de los fundadores del «Grupo de El Bibio», como el citado José María Díaz Bardales, que el mismo año llegaba a la parroquia de Tremañes, para pasar años después a Fátima. «Es cuando llegan muchos curas a trabajar a Gijón el momento en el que los que ya estábamos aquí decidimos organizar una cena de acogida», rememoraba hace un tiempo José Luis Martínez.

A partir del «Grupo de El Bibio» nació en noviembre de 2008 el «Foro Gaspar García Laviana», formado también por otros sacerdotes, como el párroco y catedrático de Historia Javier Fernández Conde o el médico y abogado Benjamín Morán. Sacerdotes de Sariego, Nava, Avilés o las Cuencas también se han sumado al foro, junto a algún seglar y religiosas. Como ha hecho su grupo matriz a lo largo de su existencia, el «Foro Gaspar García Laviana» tiene la finalidad de ser un espacio de encuentro y de opinión sobre la realidad eclesial y social.

Aquel primer lunes de hace 40 años y los siguientes «no tenían orden del día; cenábamos, charlábamos, echábamos una partida..., pero, de hecho, lo más interesante fueron los documentos públicos y las tomas de posición respecto a los poderes políticos y económicos y a la misma Iglesia», agrega Martínez.

Afuera, en la fachada de la Casa de Ejercicios de El Bibio, una significativa placa recordaba que en aquel mismo edificio había pernoctado el cardenal Angelo Roncalli, el 24 de julio de 1954. El futuro Papa Juan XXIII imprimiría después a la Iglesia el estilo y espíritu del Concilio Vaticano II, bajo cuya advocación había nacido el «Grupo de El Bibio». «Quizá sea el grupo más constante de España en el que unos clérigos se reúnan todos los lunes, de nueve a once de la noche, para cenar y compartir», sentencia José Luis Martínez.