-¿La genética puede prestar alguna ayuda para salir de la crisis?

-Una de las soluciones para los productores está en que ellos mismos sean los que se asocien para desarrollar proyectos empresariales. No sólo en materia de leche, sino para obtener otros recursos. Por ejemplo, en Asturias, criadores como Badiola y Venturo también obtienen ingresos con la venta de embriones y animales de alto valor genético. Ése puede ser otro camino por explotar.

-¿Cree que las subvenciones son una fórmula correcta para ayudar a salir del bache a los ganaderos?

-Un sistema muy basado en subvenciones es al final desincentivador. Es bueno que existan apoyos desde la Administración, pero creo que, mientras que a nivel internacional la cultura de ganadería está muy protegida, aquí, en algunos casos, se está desarmando. El hecho de que los productos alimentarios influyan en el índice de precios al consumo, insisto, es una de las causas.

-¿Ayudaría que el ciudadano se implicase en demandar más productos de calidad y evitase decantarse por el precio más bajo?

-En épocas de crisis es lógico que se mire el precio. La agricultura ecológica, por ejemplo, tiene sus atractivos, pero esto no significa que el resto de los productos sean veneno. El consumidor no tiene que dejarse llevar por los bajos precios, pero tampoco por productos etiquetados como «gran calidad».

-Parece que en los últimos años la sociedad ha puesto más en valor los derechos de los animales. ¿Le ha influido esto a la hora de trabajar en sus proyectos?

-El activismo en favor de la no investigación con animales, entendido como maltrato, es algo con lo que hay que tener mucho cuidado. Hay que explicar que este tipo de estudios son necesarios, y lo van a ser en el futuro, por eso es algo que debemos cuidar de cara a la opinión pública.

-¿Qué opina de la prohibición de los toros en Cataluña?

-No voy a los toros, pero no los prohibiría. La raza bovina de lidia se mantiene gracias a las corridas y, aunque el animal tiene una muerte dura, pasa cinco años viviendo en la dehesa plácidamente. Es un espectáculo que tiene su punto de crueldad, pero también sucede con los toros embolados y están regulados por el Gobierno de Cataluña. Me parece que hay un punto hipócrita importante. Prohibiría otras cosas antes que eso.

-¿Cuáles prohibiría?

-El decapitar al gallo. Hay otras prácticas que son crueles sin arte, porque reconozco que los toros tiene un punto artístico que además penetra muy profundamente en las raíces de la sociedad española.

-¿Se está descuidando la educación de los niños en cuanto a fomentar valores de la cultura del campo?

-No. Nunca me he encontrado con ningún niño que pensara que los huevos salían de las estanterías, o que la leche surgiera de sus envases. Creo que en ese sentido se están haciendo bien las cosas.

-¿Cuál es la principal lección que le han dado en su trabajo?

-La de saber rodearse de un gran equipo. En el área de Genética y Reproducción Animal del Serida somos un grupo en el que la labor de responsable se diluye, porque dentro hay muchos investigadores que colaboran intensamente con sus ideas. Ellos, a la vez, desarrollan sus propios trabajos paralelamente y enriquecen los proyectos que de manera conjunta estamos elaborando.

«Los productores de leche deben asociarse no sólo para negociar precios, sino también para incentivar el valor genético de sus reses»