M. SUÁREZ

El Partido Popular tiene alternativas al tratamiento que el equipo de gobierno ofrece a los núcleos rurales en su nuevo Plan General de Ordenación (PGO). Alternativas que pasan por dividir esta categoría de suelo no urbanizable en dos modalidades con distinto grado de edificación. En ambos casos, se apuesta por flexibilizar las condiciones que establece el Ayuntamiento.

Según la propuesta del PP, los núcleos rurales deberían clasificarse en «compacto de núcleo» y «disperso de núcleo», en función de su densidad edificatoria y su proximidad al casco urbano. En los primeros, más consolidados, «se podría edificar en parcelas con un mínimo de 600 metros cuadrados». Y en los segundos, de carácter más rural, «se permitiría construir a partir de 1.200 metros cuadrados».

El nuevo Plan General de Ordenación no hace distinciones entre núcleos rurales y exige, en todos ellos, un mínimo de 2.000 metros cuadrados de suelo para poder edificar una vivienda unifamiliar. El Ayuntamiento se niega a levantar la mano y asegura que, tal como está configurado el PGO, los núcleos rurales del concejo todavía tienen capacidad para 4.000 casas. Esta postura choca frontalmente con la opinión de los vecinos que residen en las parroquias gijonesas.

Para el grupo de la oposición, sin embargo, habría incluso que considerar «como suelo urbanizable de baja densidad a aquellos núcleos rurales que actualmente lindan con zonas calificadas como urbanas y urbanizables». Algo que trastocaría «por completo la política urbanística municipal, muy restrictiva con la actividad edificatoria de la zona rural.

Los populares entienden, además, como una necesidad el hecho de «modificar las condiciones estéticas que recoge la normativa, enfocándolas más hacia la eficiencia energética, la utilización de materiales reciclados y la aplicación de los estándares de arquitectura sostenible». En cuanto a las infraestructuras previstas en suelo rural, el PP plantea «utilizar energías renovables más allá de lo que plantea el código técnico de edificación» y «crear espacios comunales para la instalación de captadores de energías renovables, fosas sépticas o contenedores soterrados para reciclaje».

Todas estas propuestas se trasladarán por escrito al equipo de gobierno dentro del período de alegaciones que finaliza el próximo 22 de octubre. El PP, con Pilar Fernández Pardo a la cabeza, defiende su alternativa al Plan General de Ordenación como una garantía «de pervivencia» de los núcleos rurales, donde los vecinos se quejan a menudo de que no pueden hacer «ni una casa para un hijo».