J. L. ARGÜELLES

La arena que la Autoridad Portuaria de Gijón acopió para la playa tiene una granulometría superior a la de San Lorenzo, por lo que es inadecuada para la regeneración de la gran playa urbana asturiana. Ese error obliga a la Dirección General de Costas y al Puerto a aplazar su plan para la regeneración costera y a buscar e identificar nuevos bancos con los materiales necesarios.

El Ayuntamiento y el Puerto dieron a conocer ayer su decisión de aplazar el aporte de arena a San Lorenzo, una operación obligada por la declaración de impacto ambiental de obra para la ampliación de El Musel, según resolución de 12 de enero de 2004 emitida por el Ministerio de Medio Ambiente. Y explicaron, también, que un informe de la Fundación Leonardo Torres Quevedo, institución de la Universidad de Cantabria, ha elaborado un estudio en el que confirma cambios en el oleaje y la morfología de San Lorenzo por la construcción del superpuerto.

Según las explicaciones del Ayuntamiento y el Puerto, el pasado 20 de julio comenzaron las extracciones de las arenas destinadas, en un principio, para los aportes de la playa: «Aun cuando la calidad y color de la arena son adecuadas, la granulometría de las citadas arenas es superior a la que se había estimado en el proyecto». La constatación de este error explica que responsables municipales y del Puerto manifestaran, en las últimas semanas, que la regeneración de San Lorenzo se haría con una cantidad menor de arena, entre 60.000 y 110.000 metros cúbicos y no los 200.000 metros cúbicos fijados en otra resolución de Medio Ambiente con fecha de 2 de noviembre de 2006. Según pudo saber este diario, el error está en que se extrajeron materiales con una granulometría de 0,4 milímetros en vez de los 0,3 milímetros que tiene la fina arena de San Lorenzo.

Alguien ha ordenado paralizar la operación de regeneración de San Lorenzo. La alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, ha expresado en distintas declaraciones sus cautelas ante los aportes de arena previstos. Sabe que los gijoneses difícilmente perdonarán el más mínimo estropicio con la «joya de la corona» del turismo local. Y es evidente que no quiere problemas por ese lado cuando está a punto de expirar el mandato y ya ha anunciado su despedida política. El comunicado lleva la rúbrica del Puerto, pero también del Ayuntamiento. Es presumible, asimismo, que tampoco querrá conflictos el candidato socialista en las locales del próximo mayo, el concejal Santiago Martínez. Un desaguisado en el arenal tendría, sin duda, un alto coste de votos.

Los dragados de la bahía gijonesa para extraer 24 millones de metros cúbicos de áridos, material para los rellenos del superpuerto, fueron denunciados ante la fiscalía de Medio Ambiente por el gijonés Marcelino Laruelo Rosa. Además, Ecoloxistes n'Aición d'Asturies ha presentado una queja ante los órganos competentes de la Comisión Europea (CE) por esas extracciones, que superan en 8 millones de metros cúbicos todas las realizadas en la costa atlántica española desde 1990.

El estudio de la Fundación Leonardo Torres Quevedo subraya que el superpuerto «ha producido una variación del flujo medio de la energía consecuencia del oleaje que llega a la playa de San Lorenzo». Los cambios en el oleaje son de unos cuatro grados, en el sentido de las agujas del reloj, con una reducción media de la altura de la ola del 6 por ciento.

Los autores del informe utilizan la expresión «giro de la playa» para referirse a las mutaciones en el arenal como consecuencia del impacto de la obra sobre el oleaje. «El volumen total de arena es el mismo, si bien se produce una redistribución, aumentando su volumen en la zona occidental (hacia la iglesia de San Pedro), en detrimento de la oriental (hacia El Piles)», indica el estudio, que confirma las previsiones del estudio de impacto ambiental del superpuerto.