Adolfo Suárez recogió en nombre de una veintena más de compañeros el premio «Ética asistencial Dr. Mariano Lacort», un galardón adjudicado al proyecto elaborado por dicho grupo, con el que se justificó que se pueden evitar «un montón de consultas ineficientes, con las que sólo mareamos a los pacientes que necesitan hacerse una colonoscopia». Suárez se refería al grupo de pacientes que está dentro de los indicados (o bien por antecedentes familiares o por la clínica que presentan) para que su propio médico de cabecera solicite de forma directa una colonoscopia. Sin embargo, esa decisión sólo se toma en algunos centros de salud, lo que lleva a otros muchos pacientes a tener que esperar por la consulta con el especialista, que será quien pida la prueba, con lo que supone de ineficacia y pérdida de tiempo.