A. R.

El hospital de Jove tuvo ayer otro escenario, además del salón de plenos municipal, donde se escenificó la polémica derivada del recorte presupuestario llevado a cabo por el Sespa y repercutido -en reducción de personal y reorganización de actividad- por la gerencia del centro sanitario sobre los trabajadores. En la sala 3 de los juzgados de los social de Gijón se enfrentó el comité de empresa de Jove y la dirección del centro sanitario para dirimir ante el juez un conflicto colectivo por las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo. El comité de empresa mantiene que ni la pérdida de 24 puestos de trabajo, ni los reajustes de actividad que ha decretado la gerencia para amortiguar el impacto del recorte presupuestario están suficientemente justificados. «Los dos peritos que prestaron declaración en el juzgado, tanto el que aportaba el comité como el que contratado por la empresa, reconocieron que las cuentas del hospital están muy saneadas y que este año el hospital va a cerrar con menos beneficios, pero no con pérdidas. Y para el próximo año la cosa sería algo más ajustada», comentó ayer Jorge Santurio, presidente del comité de empresa. Los trabajadores reivindican que, siendo Jove como es una fundación privada sin ánimo de lucro, puede «tirar» de los beneficios de otros años sin tener que acometer ajustes que «afectan directamente a la calidad asistencial. Nuestra ratio de personal con respecto a la red pública ya era de una enorme diferencia, y ahora lo es aún más y eso se nota», aseguran. Ahora esperan que decida el juez.