Eloy MÉNDEZ

Más habitaciones para una mejor y mayor asistencia. La casa de acogida que la Fundación Siloé tiene en Mareo cuenta desde ayer con cuatro nuevas estancias para pacientes con VIH-Sida, tras una inversión conjunta de la consejería de Salud, la Fundación Municipal de Servicios Sociales y Cajamadrid, que rondó los 80.000 euros. De esta forma, el hogar pasará a contar con 18 inquilinos, cuatro más que hasta ahora, todos ellos en una fase avanzada de la enfermedad y con riesgo de exclusión social. La organización celebra de esta forma dos décadas de «lucha contra la discriminación».

Sentados en el salón principal, residentes, responsables del centro y autoridades festejaron ayer de forma conjunta la ampliación. «Cuando en el año 92 pusimos en marcha el proyecto de acogida, el Sida era como la lepra en los tiempos bíblicos y los inviernos eran trágicos, porque con la llegada de gripes y catarros muchos de los nuestros se iban», subrayó el presidente del Patronato de la Fundación Siloé, Ignacio Vázquez de Prada, que fue uno de los dos médicos del Centro de Salud de Contrueces que se unieron al programa desde un primer momento. Antes, el padre José Antonio García Santaclara había picado en todas las puertas para dar vida a su idea. «En realidad, el centro que hoy conocemos no es privado, es público, porque siempre hemos contado con las administraciones», apuntó ayer el fundador.

Después, escuchó las alabanzas de la concejala de Servicios Sociales, Esperanza Fernández, del edil de Hacienda, Santiago Martínez Argüelles y del consejero Ramón Quirós. «Siloé es un ejemplo para todos los que no queremos una sociedad de dos velocidades», aseguró el dirigente regional.