La adicción o dependencia física al tabaco, así como el hábito mantenido durante un tiempo bien sea social o mecánico, nos hace permanecer esclavizados y enganchados al tabaco. La nicotina a través de la saliva tarda solamente 7 segundos en llegar a atacar el cerebro segregando el organismo en su defensa unas hormonas neurotransmisoras llamadas endorfinas que solamente durante 20 minutos, tiempo en que sus niveles son suficientes para que sintamos su efecto, actúan relajándonos y reparando el daño que nosotros mismos nos provocamos al fumar. A partir de esos 20 minutos las sensaciones que comenzamos a experimentar son nerviosismo, ansiedad, frustración, inquietud, irritabilidad (mono), que no eliminaremos hasta que volvamos a encender un nuevo cigarrillo, y así sucesivamente cerrando el círculo vicioso.

El tabaco y, en concreto, la nicotina atacan el sistema nervioso vegetativo incidiendo sobre el sistema simpático (ubicado principalmente en el encéfalo), que responde acelerando la función del órgano específico y/o principales haciendo que funcionen más rápido por efecto de la segregación de adrenalina. Para contrarrestar el mismo entra en acción el sistema parasimpático (ubicado en las astas laterales de la médula espinal) frenando la función del órgano afectado o desacelerándola por efecto de la segregación de endorfinas.

El exceso de adrenalina en nuestra sangre de forma continuada (no amortiguada por el mecanismo primitivo de lucha/huida) provoca nerviosismo, ansiedad, angustia, estrés... que intentamos contrarrestar con la segregación de endorfinas para calmar los efectos que nosotros mismos hemos provocado. A través del sistema nervioso y sus terminaciones actuamos para corregir los desajustes provocados por el tabaco.

Podemos dividir la mente en consciente, con ella ejercitamos el 10% de nuestras acciones, y en subconsciente, con ella ejercemos el otro 90% de las mismas. La mente consciente es analítica y la utilizamos para aprender, razonar y también para analizar a través de los cinco sentidos, para después aceptar o rechazar.

La mente subconsciente no es analítica, lo graba todo automáticamente, cualquier idea, concepto o imagen que le propongamos sin discriminación ni análisis. No entra en si es bueno o malo, no lo juzga. Aquí en el subconsciente se van grabando sin análisis todos los conceptos erróneos que tenemos sobre el tabaco, imágenes relacionadas con nosotros y el tabaco y cualquier idea que nos surja de nuestra aventura con él. Esto es lo que nos genera el hábito de fumar.

¿Cómo podemos borrarlo de nuestro subconsciente? Haciendo que estas situaciones o acciones pasen a ser analizadas por nuestro consciente permitiéndonos comprender la realidad y así liberarnos de ideas, imágenes y conceptos erróneos y perjudiciales sobre el tabaco. Está comprobado que un hábito nocivo puede ser sustituido por su contrario practicando el saludable de forma continuada al menos 30 días. Es muy importante que la modificación del hábito vaya unida a pensamientos en positivo que generen sentimientos positivos hacia el nuevo hábito. Con ello habremos modificado el mismo por el de llevar una vida sana sin tabaco.

Una vez librados de nuestro hábito, queda tratar la adicción, que quedará garantizada en un 100% con la técnica de láser-puntura que es indolora y sin efectos secundarios. Únicamente hay que tener en cuenta que no es aconsejable para mujeres embarazadas y en pacientes con cáncer.