Miriam SUÁREZ

La parroquia de San Andrés de los Tacones no se da por vencida en su lucha contra la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA), aunque el Principado y el Ayuntamiento ya hayan iniciado las obras. Ayer, tres días después del acto de colocación de la primera piedra, los vecinos informaban de las nuevas medidas de presión que han puesto en marcha para denunciar que «no todo es tan "superperfecto"» como lo pintan las autoridades.

La primera: interponer un recurso de casación ante el Tribunal Supremo solicitando que se retome el contencioso que les ha desestimado la justicia asturiana. La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y el gerente de la ZALIA, Enrique Álvarez, aprovecharon el acto oficial de esta semana para comunicar que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias había desestimado los cinco pleitos que pesaban sobre el proyecto de la zona logística; entre ellos, el que presentó San Andrés a través de los servicios jurídicos gratuitos de la agrupación vecinal de Llanes (AVALL).

«Lo que no dijo la Alcaldesa», puntualizaba ayer Francisco Javier Simón Junquera, «es que a nosotros nos lo desestimaron porque faltaba un papel». Los vecinos confían en que el Supremo entienda que «no aportamos esa documentación porque no nos avisaron de que faltaba» y devuelva el expediente al Tribunal Superior de Justicia de Asturias para que «entre a fondo en el asunto» de la zona logística. Argumentan irregularidades en el proceso de información pública.

Pero las acciones emprendidas por San Andrés de los Tacones no sólo van encaminadas a desmontar el proyecto de la ZALIA. También pretenden poner en entredicho el modo en el que se están llevando a cabo las obras de urbanización. «Están haciendo auténticas barbaridades», aseguró Simón Junquera. El vicepresidente de la asociación vecinal de la parroquia hacía ayer pública una denuncia que ya se ha trasladado por escrito a la Consejería de Cultura y a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, órganos competentes para resolver «los problemas que nos está ocasionando la ZALIA».

Aunque las obras arrancaron oficialmente el martes, hace un mes que se realizan movimientos de tierra en la primera fase de la zona logística, que ocupará 107 hectáreas de San Andrés de los Tacones. Durante este tiempo, «han entrado en terrenos del pico El Cueto, han desmontado la cubierta vegetal y la han rellenado con un montón de escoria». Se trata de un espacio de «máxima protección arqueológica», advierten los vecinos, «reconocida por el catálogo urbanístico de la ciudad». Según dicen, «ahí no se podía ni plantar un árbol», por eso piden a Cultura que investigue el asunto.

El estado en el que están quedando algunos pozos de agua potable también indigna a la parroquia: «Entran en las fincas, derriban las casas y se desentienden de los pozos artesianos que están conectados al manantial de Llantones. Los dejan sin sellar y, en algunos casos, tapados con todo tipo de restos». Si se llegasen a contaminar las corrientes subterráneas de agua, «el problema de salud pública sería muy grave», argumentan ante la Confederación. De sus advertencias y quejas ya ha tomado buena nota el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. El Seprona está elaborando un informe al respecto.