Luján PALACIOS

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, hay clásicos que nunca fallan, y uno de ellos está en el Sanatorio Marítimo. Cientos de personas han pasado ya por el belén que cada año se exhibe en las instalaciones del centro regido por la comunidad de Hermanos de San Juan de Dios, y que a pesar de permanecer montado durante todo el año por su grandiosidad, en cada edición muestra alguna cosa nueva.

El grado de realismo del nacimiento atrae a gijoneses de todas las edades, que no se cansan de contemplar el ciclo de amaneceres y anocheceres en el pueblo de Belén, su desierto y la cueva donde nació Jesús sobre una superficie total de 40 metros cuadrados. El nacimiento se compone de más de 150 figuras, con sus correspondientes herramientas y aperos reproducidos con fidelidad minuciosa. El labrador dirige su caballo entre los cultivos de su huerta, el tendero rellena los sacos de sus mercancías con pequeños letreros en hebreo, los pastores cuidan de sus rebaños de ovejas en las lejanas montañas y otros, los más cercanos al espectador, se arrodillan ante la buena nueva que les anuncia el ángel.

En una pequeña cueva, un niño recién nacido llora por primera vez -porque el belén del Sanatorio también dispone de efectos sonoros- y los Reyes Magos avanzan por el sendero pedregoso para ofrecerle oro, incienso y mirra. «La gente repite cada año, y todos quedan encantados», explicaba ayer la encargada del nacimiento.

Las colas durante la mañana llegaron casi a las puertas del centro, porque en estos días son varios los colegios y las residencias de ancianos que conciertan su cita con uno de los nacimientos de más solera de la ciudad, que permanecerá abierto hasta el 9 de enero. Nacido en 1945, el belén ha pasado por diferentes fases hasta convertirse en lo que es hoy en día. En un principio, se colocaba un pequeño nacimiento en la sala donde los niños que permanecían ingresados en la institución pudieran disfrutar de las Navidades. Pero, dada la gran cantidad de visitas que comenzó a recibir, pronto se hizo necesario cambiar de escenario para poder ampliarlo.

En los primeros años el belén contaba con representaciones tradicionales asturianas, con verdes paisajes y reproducciones de monumentos locales. Fue en 1999 cuando se remodeló la representación para adecuarla a los pasajes bíblicos, y así se ha conservado, con variaciones, hasta la actualidad.

Además del nacimiento, el Sanatorio también exhibe varias escenas de la vida de Jesús y sus padres: las bodas de María y José, la presentación de Jesús en el templo y el taller de carpintero de San José. La muestra se completa con varios belenes de diferentes procedencias que completan un mismo espíritu: el de una Navidad que vuelve cada año con la misma magia.