La Ciudad de la Cultura recibió ayer, por todo lo alto, el Año Nuevo. Poco importó que ya hubieran pasado diez días desde que sonaran las campanadas porque nada impidió al público (algo más de media entrada) reunido en el teatro de la Laboral disfrutar de una cita musical inspirada en la que cada mañana del 1 de enero se celebra en Viena. Como en Austria, también en la Laboral sonó una selección de valses, polcas y marchas de la familia Strauss a la que el público se entregó encantado desde los primeros compases.

Fueron más de dos horas de espectáculo en el que no faltaron rituales tan clásicos y singulares del concierto de Año Nuevo como el brindis con champán, las felicitaciones musicales y los números y los guiños de gran complicidad entre el público y la orquesta, con las palmas como elemento básico del festejo.

El protagonismo en escena lo tuvo la Strauss Festival Orchestra. Los músicos interpretaron títulos tan conocidos como «Napoleón», «Fiesta de las flores», «Klipp Klapp» «El vals del emperador» o «Champagne». Para ello contaron en algunos momentos con el acompañamiento del Strauss Festival Ballet. Además, y como en el conocido concierto de Año Nuevo vienés, los músicos interpretaron el vals más célebre de todos, «El bello Danubio Azul», así como la popular marcha «Radetzky», donde no dejaron de sonar las palmas del público.

Más de cuatro millones de espectadores han disfrutado de esta producción de la Strauss Festival Orchestra en toda Europa, en un recorrido que lleva ya 20 años probando su éxito. La formación ha tocado en escenarios como el Musikverein de Viena, el Concertgebouw de Amsterdam, la Philharmonie de Berlín, el Musikhalle de Hamburgo, el Auditorium Parco della Musica de Roma, el Gran Teatre del Liceu o el Teatro Real de Madrid. La orquesta está compuesta por profesores y solistas que han integrado en sus actuaciones, y ayer lo demostraron en la Laboral, recursos expresivos jocosos y humorísticos. El director de orquesta, Shakura Aliasei, trabaja desde el año 2000 en el Teatro Estatal de Rostov y ha dirigido un amplio repertorio en el que destacan las óperas, las operetas y los ballets más conocidos.