Nava / Villaviciosa,

Mariola MENÉNDEZ

No hay Navidad que no esté regada de sidra espumosa. El consumo en estas fechas representa entre el setenta y el ochenta por ciento de todo el año, según explican las responsables de las principales empresas productoras de la Comarca de la Sidra. Un sector que nota la crisis porque cada campaña se inicia más tarde que la anterior, aunque los resultados, de momento, no están siendo del todo malos.

«Dentro de poco la Navidad empezará el 24 de diciembre», ironiza María Cardín, adjunta junior a la dirección de la empresa Valle-Ballina y Fernández, que comercializa la marca El Gaitero. Agrega que antes de que empezara la recesión económica, las compras arrancaban en septiembre o agosto y ahora la primera implantación llega en noviembre, seguida de un parón que no remonta hasta diciembre. Lo corrobora Consuelo Busto, gerente de Sidra Mayador: «El consumo se centra en las fechas anteriores a la Nochebuena, los días 22, 23 y 24. Ahora se deja para última hora». Otras fechas en las que aumenta la demanda de sidra espumosa son en Nochevieja y, algo menos, en Reyes.

Carmen y Susana Ordóñez, administradoras de Grusifás (Sidra Pomar) apuntan que en su caso esta campaña ha sido mejor que la pasada y lo achacan a que en tiempos en los que hay que apretarse el bolsillo la sidra es un buen aliado porque «es un producto bastante asequible», ya que una botella en la tienda ronda entre 1,5 y 1,75 euros. María Cardín destaca que «muchas veces son precios más baratos que el agua. Llevamos sin subirlos desde que empezó la crisis».

En lo que respecta a la demanda de sidra champanada sin alcohol, en opinión de Consuelo Busto, va despegando «lentamente», mientras que Carmen y Susana Ordóñez afirman que «cada vez se vende más y también la versión infantil». Lo relacionan con el incremento de los controles de alcoholemia en carretera. La que sí ha tenido un considerable tirón es la «sidra de oro» «Amber Rouge», que produce Pomar, una nota de glamour.