A. RUBIERA

Lo que nació como el sueño de una decena de familias gijonesas empieza a tomar forma real. Gijón está más cerca de incorporar a su red educativa un nuevo colegio privado y, para ello, la constitución formal de la cooperativa L'Andolina, que tendrá lugar este mismo mes de enero, no deja de ser más que el primer paso en la puesta en marcha de un centro que cuando abra sus puertas, además de estrenar aulas, también mostrará en Asturias un sistema educativo que difiere de la concepción más tradicional y más extendida en España.

Será un centro basado en el «sistema finlandés», más volcado en las vivencias y las emociones de los niños que en la consecución de objetivos básicos de aprendizaje. Después de varios meses afianzando el proyecto y echándolo a rodar, ahora toca concretar los detalles.

Al menos veinte familias están comprometidas en la constitución inmediata de la cooperativa, «aunque esperamos doblar ese número cuando la gente sea consciente de que esto no era un experimento», explicó ayer Eva Friera, una de las impulsoras del proyecto. Al tiempo que se ha trabajado en los estatutos de la asociación también se ha ultimado la elección de la sede física del futuro colegio. Aunque el contrato de alquiler aún no está cerrado, «ya que para eso queríamos tener constituida la cooperativa», explica Friera, las negociaciones con el propietario de una vivienda unifamiliar en una parcela próxima al Jardín Botánico gijonés están muy avanzadas.

«Es un sitio precioso que se adapta perfectamente a nuestros intereses. Un chalé de 600 metros cuadrados, distribuido en varias plantas y con amplios ventanales. Todo está nuevo porque, precisamente, se estaba llevando a cabo una gran reforma, lo que supone que requiere muy poca inversión en obras de adecuación como centro escolar. Tenemos la posibilidad de cerrar un alquiler a 20 años», contó Friera.

Los impulsores de L'Andolina ya han mantenido una reunión con los técnicos de la Consejería de Educación -y tienen concretada otra- para abordar las modificaciones básicas que necesita el inmueble, que previsiblemente sólo se centrarán en la adaptación de los baños (para niños y para escolares con minusvalías) y en la ampliación de alguna sala. La asociación también tiene ya un equipo docente básico seleccionado, integrado por cinco personas, «absolutamente volcado y comprometido con nuestra iniciativa», declaró Friera.