El plan para apilar cerca de dos millones de toneladas de estériles de Mina La Camocha en la escombrera sur de la empresa, situada frente al poblado del Vaticano, no se podrá llevar a cabo por las reticencias del área municipal de urbanismo. El concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, señaló ayer que la única actuación que ha autorizado el Ayuntamiento es la retirada de escombros fuera de los terrenos mineros. «No hay posibilidad de ninguna otra actuación, salvo que se lleve el material a otro sitio, como ya se hizo con parte para relleno de El Musel», indicó el edil. Cualquier actuación distinta debería ser previamente aprobada por el Ayuntamiento en el plan especial para Mina La Camocha, que se elaborará tras la aprobación del PGO.

La obra de ampliación de El Musel consumió 686.052 toneladas de las escombreras norte y sur de Mina La Camocha. La mayor parte se retiraron de la escombrera norte, si bien cerca de 200.000 toneladas se tomaron de la escombrera sur, en la que se abrió un camino para facilitar el intenso tráfico de los camiones por los terrenos mineros. Tras la conclusión de la obra de ampliación de El Musel, aún quedan 1,99 millones de toneladas de estériles en las dos escombreras.

El plan inicial era apilar todo el material que se tragara la obra portuaria en la escombrera sur, construyendo alrededor de la misma una escollera de unos 260 metros de largo y dos de altura, para evitar corrimientos del material hacia el arroyo de Santa Cecilia. El coste estimado para esta operación por los técnicos de la mina rondaba los 4 millones de euros.

El traslado del material a un vertedero con suficiente capacidad y relativamente próximo, como el que hay junto a la Venta de Puga, puede hacer variar ese presupuesto, que según fuentes del sector de movimiento de tierras podría acabar superando los 6 millones de euros, esto es, un 50% más. Estas estimaciones, no obstante, se basan en que tengan que trasladarse todos los estériles a vertedero, algo que probablemente no será necesario, dado que una parte se puede emplear en rellenar parcialmente las balsas de lodos que haya bajo las escombreras, una vez que se extraiga el carbón de las mismas, y la zona del lavadero cuando éste se elimine. Las dos montañas de escombros darían paso, de ese modo, a un terreno en altura a ras de la senda del arroyo Llantones (escombrera norte) y a unos dos metros sobre el arroyo de Santa Cecilia (escombrera sur).

De llevarse a cabo esta operación, no será simple, dado que el primer paso será demoler el lavadero y eliminar los escombros, lo que dejará libres unos 100.000 metros cuadrados, incluyendo las instalaciones anexas, a los que se tendrá que trasladar temporalmente la escombrera norte. El siguiente paso será sacar el carbón que hay en la antigua balsa de finos tapada desde hace décadas por esta escombrera. Luego, el hueco se rellenará con el material de la escombrera, previo cribado del mismo, para depositar en el fondo el más grueso, algo imprescindible para hacerlo permeable. Lo que sobre se llevará al vertedero.

Otro de los puntos para rehabilitar la antigua zona minera, destinada a un futuro parque empresarial, es la eliminación de la balsa de lodos que usó en las últimas décadas la empresa. El Principado ya ha concedido la autorización administrativa para extraer el carbón mezclado con tierra que se encuentra en esa balsa, que almacena unas 813.000 toneladas de este material, que se puede vender a centrales térmicas una vez que se mezcle con carbón de mejor calidad. El espacio que dejen libres los finos de esa balsa servirá para depositar los muros de contención de la misma, hechos con material de escombrera, siempre que no se encuentren contaminados por productos químicos.