A. RUBIERA

Cáritas sigue intentando evitar el cierre de la casa de La Santina, el recurso que tiene en Gijón para atender la rehabilitación de hombres y mujeres con problemas de alcoholismo. La reducción al máximo de los gastos de funcionamiento de la casa, con la creación de una comisión de gestión para tal fin, y los apoyos institucionales y privados que se llevan recibiendo en los últimos meses están siendo una bocanada de aire fresco para un recurso que pasa momentos muy apurados, como sostiene Adolfo Rivas, gerente de Cáritas Diocesana de Asturias.

Un apuro que al menos, por el momento, no lleva aparejado una fecha fija de cierre, aunque esa posibilidad sigue siendo una amenaza real. «En estos momentos estamos luchando para que permanezca abierta, pero la situación es difícil como bien hemos dicho. Y, lo que es peor, a corto plazo no prevemos que vaya a mejorar», expuso Rivas, para quien la prioridad de la institución está, hoy por hoy, en «evitar que muchas familias asturianas que están en riesgo de exclusión social acaben por cruzar esa línea». Ante eso, no sólo el recurso para población con problemas de alcoholismo pende de un hilo.

El gerente de Cáritas Asturias declaró que la institución no se plantea un cierre temporal de La Santina, mientras pasa el momento más apurado de la crisis, ya que «tenemos la experiencia de que, si se hiciera algo así, volver a reabrir a posteriori sería complicado. Habríamos roto un equipo con experiencia y que funciona bien, y se podrían dar otros condicionantes que complicasen una reapertura», explicó.

En todo caso, los problemas no suponen que Cáritas no aprecie los gestos de respaldo que en los últimos meses ha recibido la casa de La Santina. «Estamos muy agradecidos porque la población de Gijón ha respondido muy bien a nuestro llamamiento». Empezando por el Ayuntamiento, que a su subvención anual ha sumado el hacerse cargo de los gastos del alquiler de la casa, y pasando por colaboraciones espontáneas de empresas y personas anónimas. «Nos encontrado con mucho apoyo y con un comportamiento maravilloso de Gijón», reconoció Rivas.

El coste anual de mantenimiento de la casa de La Santina se acerca a los 300.000 euros, de los cuales están garantizados el 50% con ayudas públicas. El otro 50% depende de Cáritas. «Diez mil euros al mes pueden parecer poco, pero cómo consigues eso en colectas y campañas cuando las necesidades se te están multiplicando por otras partes», reconoció Rivas. La Santina tiene 22 plazas para la rehabilitación de personas alcohólicas, lista de espera para entrar y en su historia ha dado más de 700 altas terapéuticas, lo que supone «muchas más familias beneficiadas», indicó Rivas.