R. G.

La Guardia Civil detuvo el pasado viernes a un vecino de Gijón acusado de estafar a los responsables de varias gasolineras del concejo. El «modus operandi» del ahora detenido era siempre igual. El presunto delincuente acudía a última hora de la tarde, o ya entrada la noche, a los establecimientos en los que quería delinquir. Su objetivo era evitar la presencia de personal en la zona. Cuando comprobaba que nadie lo estaba vigilando, llenaba el depósito de su coche y abandonaba el lugar sin pagar la gasolina. Las cámaras de vigilancia habían grabado entonces una matrícula, pero el dato no servía para nada, porque antes de repostar el acusado había modificado, gracias a tiras de cinta aislante, los números que identificaban su vehículo.

De esta manera cuando los funcionarios de la Guardia Civil comprobaban el número de la matrícula se daban cuenta de que el modelo de turismo no coincidía con el que había robado gasolina, por lo que comenzaron a sospechar que el delincuente había modificado el número. Los agentes de la Benemérita consiguieron finalmente detener al acusado el pasado viernes.