Está previsto que la nueva estación entre en funcionamiento al mediodía. En las horas previas, los viajeros tendrán que hacer transbordo por carretera en Veriña, Sotiello y Noreña, dependiendo del destino. Feve fletará autobuses especiales entre estos apeaderos y Sanz Crespo para completar los trayectos durante estas horas de transición.

Los trabajadores temen que las intensas lluvias de las últimas horas compliquen la puesta en marcha de la nueva terminal. Temores lógicos si se tiene en cuenta que, ayer, la tormenta llegó a desbordar el río Pinzales hasta inundar las vías de Feve. En cualquier caso, todo está preparado para hacer efectivo el traslado según lo previsto. Incluso se trabajó de madrugada.

Ayer por la tarde, a la estación de El Humedal se le habían retirado incluso las máquinas automáticas donde se sacan los billetes. Y, en la zona de bajos comerciales, la imagen era desoladora. En la mayoría de locales, cuelga el cartel de «disponible» o se anuncia el traspaso de actividad a otra dirección. Sólo tres negocios esperan al cierre definitivo de la estación. «No sé qué va a ser de nosotros. Aunque todavía queden los trenes de Largo Recorrido, ya no va a venir nadie. Feve es el que nos traía público», valoraban los afectados.

La estación de El Humedal venía recibiendo anualmente en torno a 2,5 millones de viajeros. Ahora, su desaparición es inminente. «No sé, a ver qué pasa», dejaba entre interrogantes Manuel Méndez, uno de los interventores de ruta que hoy ya irán a trabajar a las instalaciones de Sanz Crespo. Además de comprobar los billetes, su labor también consistirá en informar a los viajeros «hasta que se adapten» a la nueva situación. «La estación de El Humedal era lo mejor que teníamos», es lo que más se escuchaba ayer en los andenes.