Miriam SUÁREZ

Los trabajadores de Feve constatan que se ha producido un descenso en el número de viajeros desde su traslado a la nueva estación de la calle de Sanz Crespo. No se atreven a cuantificar esa caída de usuarios, pero maquinistas, interventores y personal de taquilla aseguran, y así se lo han hecho saber al comité de empresa, que «los trenes vienen menos llenos» que antes.

Los Ferrocarriles de Vía Estrecha empezaron a operar desde Sanz Crespo el pasado 30 de enero. La nueva ubicación los aleja casi un kilómetro de la estación que durante 158 años habían ocupado en El Humedal. La plantilla siempre ha mantenido que esta pérdida de centralidad acabaría repercutiendo en el volumen de viajeros. «Y ya lo estamos notando», recalca Jorge Luis Fernández, presidente del comité de empresa de Feve.

Las instalaciones construidas en Sanz Crespo, bajo el viaducto de Carlos Marx, apenas llevan tres semanas de actividad ferroviaria, por eso «preferimos mantenernos cautos de momento y no adelantar cifras fijas o estimaciones». Pero «a la vuelta de mes y medio o dos meses» los sindicatos pedirán cuentas a la dirección de la empresa para contrastar sus impresiones del día a día. «Queremos estadísticas, datos objetivos, y en dos meses ya podremos hacernos una idea de la incidencia que está teniendo el traslado», señala Fernández.

Feve ha puesto en marcha dos autobuses lanzadera entre Sanz Crespo y la Gota de Leche para que sus viajeros puedan llegar hasta la zona de El Humedal sin costes añadidos. El comité aplaude la apuesta de la compañía por este servicio gratuito, que inicialmente no estaba previsto, y los sindicatos pidieron hasta la saciedad. De hecho, ocho de cada diez usuarios de la nueva estación utilizan este transporte especial. Según Jorge Luis Fernández, «sin estas lanzaderas esto hubiese sido una catástrofe».

Aun así, «ir a coger el tren a Sanz Crespo supone mayor trastorno y pérdida de tiempo que ir a El Humedal», puntualiza Fernández. Dada la situación, «es casi imposible alcanzar los objetivos que plantea el presidente de Feve». Ángel Villalba espera superar la barrera del millón de viajeros, según puso de manifiesto en la visita que realizó a la estación de Sanz Crespo al día siguiente de su inauguración. Los sindicatos, en cambio, pronostican que «bajaremos de los 700.000 usuarios» registrados durante el pasado ejercicio.

Si se confirma ese déficit, «la dirección de Feve debería pedir una compensación», defiende el comité de empresa. El traslado de los trenes de vía estrecha se produce como consecuencia del plan especial de las vías, que no podrá empezar a ejecutarse hasta que se desmantelen las actuales estaciones de El Humedal y Jovellanos. La terminal de Sanz Crespo funcionará provisionalmente, mientras se desarrolla la operación ferroviaria, que va a generar espacio para unas 1.400 viviendas y para una gran estación intermodal para trenes y autobuses.

«Nosotros estamos de acuerdo con la estación intermodal. Pero esa operación no va a beneficiar exclusivamente al ferrocarril. Sin embargo, sí tenemos que asumir los problemas derivados de la obra. Creemos que ese sacrificio hay que compensarlo. Porque los clientes que perdamos ahora ya no los vamos a recuperar», advierte Jorge Luis Fernández.

Los trabajadores consideran que «o bien el Consorcio de Transportes o bien Gijón al Norte deberían equilibrar esta situación». El Consorcio está integrado por los distintos operadores del transporte regional. De Gijón al Norte, sociedad encargada de gestionar el plan de las vías, forman parte el Ministerio de Fomento, el Principado y el Ayuntamiento.