E. M.

Carmen Rodríguez y Beatriz Menéndez no son ninguna excepción en las clases de krav maga que imparte Armando Carriles tanto en el gimnasio Sport Center como en el Palacio de los Deportes. Aunque minoría, muchas mujeres se han inscrito en esta actividad y comparten espacio y horarios con sus compañeros. «Aprendes técnicas muy importantes para defenderte en caso de que te ocurra algo peligroso», destaca Menéndez, que ya es en una experta a la hora de frenar en seco cualquier gesto sospechosamente violento.

«Aunque muchos de los ejercicios son comunes, también practicamos movimientos específicos para chicas, con el objetivo de que aprendan a defenderse de un posible agresor», subraya el monitor, que es uno de los dos asturianos que cuenta con la formación necesaria para impartir este tipo de conocimientos. Por eso, sus alumnas son especialistas a la hora de localizar los puntos débiles de los hombres. «En el krav maga no hay límites, también se enseña cómo golpear en los genitales o en otras partes especialmente dolorosas», añade Carriles, que está muy satisfecho por el tirón que sus entrenamientos tienen entre el público femenino. «Los agresores y los agredidos en la vida real son hombres y mujeres, así que todos y todas tenemos que estar preparados para lo que pueda venir», destaca.

Y a eso se dedican en cuerpo y alma la veintena de pupilos que siguen sus instrucciones tres veces cada semana, convencidos de que la mejor defensa es siempre un buen ataque y de que la fuerza sólo tiene sentido cuando está completamente bajo control.