Como «militante obrero en el franquismo» firmó sus memorias Joaquín Fernández Espina, Xuacu Espina, publicadas por el Ateneo Obrero de Gijón en el año 1998. La calle a él dedicada, en Viesques, frente al Colegio Público Begoña, ya tiene residentes desde marzo del año 2003, cuando el Ayuntamiento de la ciudad decidió recordar su figura en el callejero local. Joaquín Fernández Espina (La Trapa, Sama de Langreo, 1920-Gijón, 1997) fue toda su vida consecuente con sus demócratas ideas de compromiso político, y por ello fue represaliado con saña.

Ingresó con 16 años en las Juventudes Socialistas Unificadas y tras la Guerra Civil trabajó como minero, por ejemplo en la mina de La Camocha, y allí fue pieza clave en el nacimiento de las Comisiones Obreras. Además, formó parte de manera muy destacada de la combativa Sociedad Cultural Pumarín; también de la organización del Día de la Cultura, fiesta político-cultural que se celebró desde el año 1972 en la carbayera de Los Maizales, y desde el año 1981 en la refundación del Ateneo Obrero de Gijón, del que a su muerte era presidente de honor.

Hoy, a las doce de la mañana, en su calle se recordará su coherencia personal y su compromiso. Qué suerte tienen los que pueden decir: «Yo vivo en la calle de Joaquín Fernández Espina».