La lucha contra el «botellón» los ha unido y la búsqueda de alternativas de ocio para la juventud marcará sus primeras acciones. Un grupo de vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona del Mercado de San Agustín decidió ayer fundar la Plataforma Ciudadanos por la Convivencia para acabar con el consumo masivo de alcohol en las calles del centro y de otros barrios de la ciudad. Su primer acto tendrá lugar el día 13 de abril, a las 13.00 horas, con una concentración en la plaza Mayor, aunque, a medio plazo, sus impulsores pretenden reunir «al mayor número posible de gijoneses para abordar de forma conjunta una problemática social que nos afecta a todos y que muchas veces deriva en actos de vandalismo inadmisibles».

Tanto ha ido el cántaro a la fuente, que los afectados por las borracheras nocturnas de cientos de jóvenes han decidido organizarse para hacer fuerza ante las diferentes administraciones y para concienciar a los ciudadanos «sobre un problema que va en aumento». «Lo que queremos es unificar esfuerzos en la lucha contra el "botellón" y, para ello, necesitamos la colaboración del mayor número posible de personas y organizaciones», aseguró ayer el recién nombrado portavoz del colectivo, Enmanuel Benítez-Sosa, que vive en las cercanías del mercado de San Agustín y es gestor administrativo de una inmobiliaria que opera en las calles aledañas.

La plataforma nace de la colaboración entre varios afectados, que ayer mantuvieron un primer encuentro en un local de la calle La Muralla para abordar el proceso de constitución y diseñar las primeras acciones. «Haremos una campaña para captar a todos los que quieran hacer frente a esta costumbre, que se ha desbordado durante los últimos meses», dice Benítez-Sosa, que promete «trabajar para ofrecer otro tipo de actividades o, al menos, evitar que se beba en la calle a cualquier hora y en grandes grupos».

El fenómeno del «botellón» se ha recrudecido desde que comenzó el año, debido a las grandes concentraciones organizadas por jóvenes en determinados puntos del centro de la ciudad. De hecho, las zonas más afectadas durante los últimos fines de semana fueron, además del entorno de San Agustín, la calle Marqués de San Esteban y la plaza Mayor. Esta práctica, que tradicionalmente se desarrollaba en algunas áreas verdes de La Arena, se ha ido desplazando progresivamente al resto del casco urbano y se ha convertido en objeto de debate y polémica en plena campaña electoral.

Los miembros de Ciudadanos por la Convivencia no descartan ponerse en contacto con las asociaciones de vecinos de los barrios afectados. «Buscaremos apoyos en cualquier lugar», sentencia su portavoz. De hecho, hasta ahora, eran los colectivos vecinales los encargados de canalizar ante el Ayuntamiento las quejas de los residentes, tal como manifiestan los representantes del Centro, Cimadevilla y La Arena. Especialmente complicada es la situación en el casco antiguo, donde los afectados denuncian «la toma absoluta de plazas y calles» por parte de los participantes en estas grandes reuniones, lo que ocasiona molestias durante la noche y provoca desperfectos en el mobiliario urbano y en numerosas propiedades privadas.