E. M.
Finalizada hace tres meses la ampliación de El Musel, el superpuerto gijonés nació con la cojera que implica carecer aún de las nuevas conexiones ferroviarias y por carretera que permitan transportar las nuevas mercancías con origen y destino en las futuras terminales. Por eso, numerosos colectivos empresariales, sociales y políticos reclaman desde hace tiempo que se pongan en marcha cuanto antes los procesos administrativos para la construcción de estos viales y evitar así el estrangulamiento de la actividad comercial en la dársena. En los últimos días, la formación Unión, Progreso y Democracia (UPyD) se ha sumado a esta reivindicación que ya hicieron en su día tanto las cámaras de Comercio de la región como la patronal asturiana.
Los accesos para mejorar el transporte intermodal en el puerto amenazan con ser el gran quebradero de cabeza de sus gestores durante los próximos años. Los retrasos acumulados podrían limitar el gran potencial ganado tras la ampliación, sin que por el momento las administraciones regional y central hayan movido ficha. «El reto de la rentabilización de El Musel debe ser prioritario», advierte el candidato a la Alcaldía de UPyD, Armando Fernández Bartolomé. Más de lo mismo ocurre en la Zona de Actividades Logísticas e Industriales (Zalia), en fase de urbanización y con los conexiones aún pendientes.