Una experiencia a bordo de un buque en formación en un ambiente de trabajo internacional y muy enfocado a la investigación científica. Ésa fue la gratificante vivencia de la gijonesa Sofía Sal, que actualmente se encuentra realizando su tesis doctoral en el Instituto Español de Oceanografía (IEO), en la sede de Gijón. Sal acaba de participar en el proyecto «Malaspina», una expedición de circunnavegación de los océanos que forma parte de una iniciativa de carácter interdisciplinar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con una participación destacada de la Armada española. La expedición está planteada como un viaje oceanográfico da bordo de los buques «Hespérides» y «Sarmiento de Gamboa» con el objetivo de generar un inventario coherente y de alta resolución del impacto del cambio climático en el ecosistema del océano y explorar su biodiversidad, particularmente en el océano profundo.

La gijonesa, experta en citometría y producción bacteriana, embarcó en Vigo en el «Sarmiento de Gamboa» el pasado 18 de enero y el día 27 la expedición zarpó rumbo a Santo Domingo desde Canarias. La travesía finalizó el 17 de marzo, tocando tierra un solo día de los 49 que duró el viaje. «Por momentos se hace largo y pesado, pero merece la pena», confirma Sofía. «Ha sido de las mejores experiencias de mi vida», remarca. De su etapa a bordo se ha traído al Centro Oceanográfico de Gijón, su base de trabajo, cientos de muestras del fondo del océano. «Cada día teníamos que muestrear con una roseta oceanográfica, medir los balances del fitoplancton y realizar experimentos de citometría», explica. En cuanto a las evidencias registradas acerca de la afectación del cambio climático a los océanos, la gijonesa explica: «Se están comprobando cosas, pero hasta hacer un balance global no se podrá realizar la puesta en común».

Las jornadas laborales a bordo del «Sarmiento de Gamboa» llegaban a hacerse interminables en algunos momentos. Aunque la tripulación se distribuía el trabajo en turnos de ocho horas, los científicos ampliaban sus labores diarias, en ocasiones, más allá de las diez horas. Las rosetas oceanográficas, principal base de trabajo para los expertos en fondos marinos, se lanzan desde el barco. Se trata de un mecanismo con 24 botellas conectadas a un ordenador y un sensor. A medida que van bajando, el sistema va mostrando el perfil de ecosistema marino. Las botellas van cogiendo agua a diferentes niveles de profundidad con sus diferentes poblaciones de microorganismos. «En este viaje logramos el récord de profundidad llegando a los 6.000 metros. Nunca se había muestreado a este nivel», cuenta Sofía. Además, «a lo largo del viaje vimos ballenas y, salvo un día de mar mala, todo fue muy bien».

De todo el material recogido en este viaje y de las conclusiones de su tesis, titulada «La teoría metabólica de la ecología integrada en modelos de predicción de cambio climático global en los océanos», podrán obtener ya evidencias claras sobre cómo afectan las variaciones climáticas al ecosistema marino. Durante las travesías del «Hespérides» se hace hincapié, sobre todo, en la oceanografía biológica, mientras que el «Sarmiento» incide en la oceanografía física. Ambos buques recorrerán cerca de 42.000 millas náuticas, aunque el primero de ellos realiza etapas más cortas.

La compañera de Sofía en el Oceanográfico de Gijón, la almeriense Paqui García, embarcará en el «Hespérides» el próximo 13 de mayo en Honolulu (Hawai), justo el día de su cumpleaños, con idénticos fines investigadores. Desde allí realizará una ruta de un mes hasta Cartagena de Indias (Colombia). Como Sofía, también está realizando su tesis en el IEO. «Teníamos mucha ilusión por empezar este proyecto», confirman ambas, que previamente habían coincidido en la Universidad de Cádiz para cursar los estudios de Ciencias del Mar. «También hicimos un máster juntas y después la tesis con el mismo director, Ángel López Urrutia. Estuvimos siete años en Cádiz y continuamos juntas», cuenta Paqui. Juntas volverán a pasar los próximos quince días en Honolulu, antes de la salida de la almeriense. «Será mi primer embarque», confirma la joven, que tendrá su bautismo de mar en uno de los buques oceanográficos mejor dotados tecnológicamente. «A los que hacemos nuestra primera travesía se nos realiza un acto simbólico a bordo», indica.

Sofía asegura que en cuanto pueda volverá a embarcarse en el «Sarmiento de Gamboa». «No puedo vivir sin el mar al lado», sostiene la joven, que previamente había participado en otras campañas oceanográficas a bordo del «Hespérides» La almeriense también sintió, siendo muy joven, la llamada de la mar. «Es algo muy vocacional», concluyen ambas.