Miriam SUÁREZ

La ciudad ha dado el «primer paso» para la eliminación de la barrera ferroviaria. Desde ayer, y a la espera de que se ejecute el llamado plan especial de las vías, una calle exclusivamente peatonal ya permite transitar el espacio que separa Sanz Crespo del Museo del Ferrocarril. Esta comunicación directa entre el barrio de Laviada y la playa de Poniente da respuesta, tras décadas de rodeos, a una de las principales reivindicaciones del movimiento vecinal gijonés.

«Es algo que llevábamos esperando muchísimos años», comentaban ayer los propios vecinos en el acto de inauguración. La nueva senda urbana estuvo muy concurrida durante toda la mañana, como prueba inmediata de su necesidad. Lo que supuso «una gran satisfacción» para Paz Fernández Felgueroso en su última jornada como alcaldesa de la ciudad. El plan de vías es su espina clavada y «esta calle ya visualiza la gran transformación que experimentará la ciudad» cuando se haya completado la operación.

Las administraciones implicadas -Ministerio de Fomento, Gobierno del Principado y Ayuntamiento de Gijón- se están planteando la posibilidad de incorporar este paso peatonal al proyecto de urbanización que se llevará a cabo en los terrenos resultantes del soterramiento ferroviario. Según dicho proyecto, firmado por el arquitecto madrileño Jerónimo Junquera, en el trazado de la calle está previsto levantar un edificio. Para mantener el vial, habría que introducir soportales en el diseño del inmueble.

Este cambio obligaría a reordenar la edificabilidad del ámbito de las vías. La creación de pórticos lleva consigo una pérdida de espacio residencial que se compensaría en la zona de El Humedal, donde se construirá un conjunto de bloques singulares, unidos entre sí por una galería acristalada. En cualquier caso, «es sólo una idea que está sobre la mesa», precisan fuentes de la operación ferroviaria, que empieza a ver la luz después de diez años de debates políticos y modificaciones técnicas.

La calle inaugurada ayer forma parte de los trabajos que se están llevando a cabo entre El Humedal y Moreda para despejar la zona de vías, catenarias, andenes y estaciones. La primera fase de obras finalizará en el mes de julio, aunque el proceso de desmantelamiento ferroviario no culminará hasta 2012. Aun así, «los trámites administrativos de la operación están lanzados», aseguró el concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, que también apura sus últimas horas como miembro de la Corporación municipal.

Con el soterramiento de las vías, se liberarán más de 160.000 metros cuadrados de suelo para pisos, zonas verdes y una gran estación intermodal, en la que tendrán cabida tanto los servicios de trenes como el transporte por carretera. Esta terminal, concebida como una pieza semisoterrada, es la joya de la operación ferroviaria. La sociedad «Gijón al norte», al frente del plan especial, está gestionando su tramitación de cara a un consejo de administración que podría verse condicionado por el resultado de las elecciones municipales y autonómicas.

Fomento, ahora en manos socialistas, tiene ocho representantes en la entidad. El Ayuntamiento y el Principado, con gobiernos aún por decidir, suman otros ocho votos. En estas circunstancias, no sería fácil tomar decisiones. Aunque «ya se ha dado el primer paso», recalcaba ayer la alcaldesa. Junto a Fernández Felgueroso y Sanjurjo, estuvieron la consejera de Presidencia, María José Ramos; el concejal de Vivienda, Francisco Santianes; el candidato socialista a la Alcaldía, Santiago Martínez Argüelles; y el director de «Gijón al norte», Pedro Blanco.