C. J.

La ingeniería asturiana Suárez y Colao lidera un proyecto para poner en marcha una gran plataforma logística en el municipio zamorano de Castrogonzalo, próximo a Benavente, que se convertiría en el principal enlace para la salida hacia el Atlántico de los tráficos de mercancías procedentes de la Meseta a través del puerto de El Musel. La inversión que la consultora realizaría sólo en la operación de adquisición de suelo ascendería a nueve millones de euros. La empresa estaría dispuesta a adquirir unas cien hectáreas de terreno rústico de secano en una parte muy concreta del término municipal de Castrogonzalo, cuyos propietarios son en su mayoría agricultores de la localidad, con el fin de convertirlo en «puerto seco».

No obstante, su desarrollo está condicionado a un preacuerdo suscrito con los 19 propietarios del municipio zamorano. El documento fija un precio de nueve euros por metro cuadrado. Por cada hectárea, la empresa adelantará 6.000 euros a los dueños del suelo y quedará obligada a completar la compra en el plazo de tres años abonando la diferencia hasta los 90.000 euros por hectárea que se han pactado. Esta iniciativa podría representar un importante impulso para los tráficos de la dársena gijonesa. Los propietarios del terreno ya han dado una respuesta favorable a la opción de compra, según fuentes conocedoras del proyecto. Si la operación sigue adelante, los inversores tendrán que desembolsar algo más de nueve millones de euros, cantidad a la que sumarán otros 16 millones aproximadamente para urbanizar la superficie.

El parón de actividad que están viviendo buena parte de las ingenierías del Principado en este momento ha llevado a los responsables de la firma Suárez y Colao, con sede en el Parque Tecnológico de Asturias, situado en Llanera, a buscar negocio fuera de la región. La elección de Castrogonzalo es en parte fruto de la falta de suelo en Benavente y del hecho de que en el término benaventano el que hay o pudiera desarrollarse se encuentra afectado por las líneas de inundación del Esla.

Sus promotores definen el proyecto como «un puerto seco con un gran movimiento de mercancías, con muchos trabajos y empresas dedicadas al control de su movimiento, de hoteles, restaurantes y estaciones de servicio, y también de muchas empresas auxiliares». Se estima que podrían crearse hasta un millar de empleos en un municipio con apenas 500 habitantes censados y gobernado por el alcalde popular Francisco Fernández de Antón, uno de los principales valedores de la operación.

El plazo que se marcan desde la consultora para desarrollar el proyecto es de año y medio. Hasta que las máquinas se pongan a trabajar los propietarios podrán seguir cultivando las fincas como venían haciendo hasta ahora. Los responsables de la empresa calculan que en seis meses podría estar completada la tramitación y que en otro año podrían estar ejecutadas las obras.