E. M.

Aunque Gijón contará, tras la fusión aprobada el jueves, con el mayor club sociodeportivo de España por número de socios -más de 35.000-, pierde también a una entidad con 102 años de historia, más de dos mil integrantes y dos sedes en el centro de la ciudad y en la parroquia de Leorio. El Centro Asturiano de La Habana perdió su personalidad jurídica el 30 de junio, nada más que su presidente y Enrique Tamargo estamparon sus firmas en el documento consensuado por sus abogados para finalizar una operación iniciada en 2005. Así, se escribió el último capítulo de un club nacido bajo los auspicios de la emigración asturiana.

Desde hace tres días, el Centro Asturiano es sólo parte de la historia local. Sin embargo, perdura en la memoria colectiva de los gijoneses como una institución que jugó un papel fundamental en la vida social durante décadas y que impulsó numerosas actividades deportivas y culturales. Además, su escudo permanecerá colocado simbólicamente en las paredes de sus antiguas sedes, tal y como recogen los acuerdos con el Grupo. «Creo que en esta operación salimos ganando todos, pero sobre todo, sale ganando Gijón», dijo Tuñón nada más abandonar la notaría donde firmó la defunción de su propio club. En ese mismo momento, se dirigió hacia Enrique Tamargo, mandatario grupista, como «señor presidente», consciente de que toda la responsabilidad de la administración queda ahora en sus manos. «Sabremos atender las demandas de los socios», anunció el dirigente.

Ahora, una comisión mixta formada por cuatro miembros deberá gestionar el período de transición abierto hasta septiembre. En ese mes, los socios de ambas partes celebrarán juntos las fiestas de la Santina y podrán utilizar indistintamente las instalaciones. De esta forma, derribarán las barreras que les han separado durante seis años de tortuosa y polémica fusión.