Eloy MÉNDEZ

Julián Bonet dejará en unos días la Dirección General de Transportes convencido de que la obra pública dará vida al sector durante varios años más, aunque consciente de que los profesionales deben iniciar «una adaptación a los nuevos tiempos» que les permita reducir su dependencia de las grandes infraestructuras en construcción. Además, se despedirá de su cargo, tras el inminente cambio de Gobierno regional, satisfecho por el frenazo a la destrucción de puestos de trabajo constatado durante el primer semestre de este año y con el reconocimiento de Asetra, la principal asociación de la patronal, que ayer le entregó su galardón anual a lo largo de una espicha en el llagar de Castiello con motivo de la festividad de San Cristóbal. Al alto cargo socialista no le dolieron prendas a la hora de criticar la euroviñeta propuesta por el ministro de Fomento, José Blanco, para los camioneros que transiten por las autovías españolas con el fin de garantizar la inversión actual.

«No acabo de entender las bondades de una tasa que repercutiría de forma muy negativa en el sector y que implicaría un aumento de los precios en la mercancía que acabaríamos pagando todos», señaló poco antes de recoger la insignia y la placa que le entregó el presidente de Asetra, Ovidio de la Roza. Según Bonet, se «deben priorizar otro tipo de actuaciones» que permitan la conservación de las principales infraestructuras. «Es un tema que exige mucho cuidado y que debe ser debatido por todas las partes afectadas», indicó.

Además, negó que la conclusión de grandes obras como la ampliación de El Musel, la variante de Pajares o el futuro Hospital Central de Asturias vayan a suponer pérdidas de puestos de trabajo en el sector regional del transporte. «Aún quedan por ejecutar muchos tramos de la Autovía del Cantábrico, la llegada del AVE, los accesos a la ZALIA o cinco grandes proyectos que serán licitados de inmediato a cargo de los fondos mineros», indicó. Y concluyó que «darán mucho trabajo, aunque los transportistas deben pensar en alternativas» a los contratos vinculados con este tipo de actuaciones.

Por su parte, De la Roza se felicitó por el fin de las pérdidas «tras cuatro años muy duros» y que han dado paso a una etapa de estancamiento y contención. Además, volvió a insistir en la necesidad de que el buque de la autopista del mar que une Gijón con Nantes-Saint Nazaire para tráfico rodado y pasajeros tres veces por semana en cada sentido pase a tener una «regularidad diaria», ya que «muchos días, especialmente los festivos, la demanda es superior a la oferta» de la naviera.