Clara VIGIL

«Antonio Medio tenía una capacidad natural para la actuación, incluso en el cine», así definió Boni Ortiz al gijonés más artístico, del que este año se cumple el centenario de su nacimiento. Antonio Medio, más conocido como «el barítono de la voz de hierro», revolucionó el mundo de la zarzuela de posguerra con canciones como «De Sevilla a Triana», «La eterna canción» o «Don Manolito». Lo sabe bien Boni Ortiz, autor y experto teatral que dirigió ayer en el Club de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón una charla sobre este ilustre gijonés, titulada «Vida y obra de Antonio Medio». Este acto ha servido para rescatar de la memoria al cantante y actor que logró grandes cotas de popularidad y éxito en los escenarios españoles.

Durante esta conferencia, los asistentes pudieron disfrutar de un vídeo con imágenes de las actuaciones del artista, de diferentes momentos de su vida, así como de extractos de la película «Jandro» en la que tuvo un pequeño papel. Además, Boni Ortiz repasó la vida de Antonio Medio, desde sus comienzos en el Centro Católico de Gijón a los dieciséis años, hasta la grabación del disco «Campanas de Madrid» de «Un día de primavera», con música del maestro Jesús Romo y libreto de los hermanos Guillermo y Rafael Fernández Shaw y que se estrenó en el Teatro Calderón de Madrid con gran acogida por parte del público.

También se destacó su papel en la obra «Black, el payaso», en la que se rompieron todas las tradiciones de la zarzuela al introducir instrumentos nuevos como el saxofón y en la que se narraba una historia de amor entre una princesa y un payaso de circo. Sin embargo, no fue ésta la obra con la que consiguió el Premio Nacional de Teatro Lírico, sino con «Las dos princesas».

Por otra parte, Ortiz destacó la gran capacidad de interpretación de Antonio Medio: «La zarzuela era su lugar habitual, pero cuando participaba en películas sabía contener el gesto, lo que es muy complicado viniendo de ese mundo».

Antonio Medio murió en 1977, pero su voz y sus numerosas obras aún recuerdan que hubo un tiempo en que un gijonés lograba conseguir una ovación de más de 15 minutos en el teatro Reina Victoria de Madrid.