M. CASTRO

El grupo Armón está intentando reanudar la actividad en su astillero gijonés, antiguo Juliana Constructora, ofreciendo sus dársenas y diques para la reparación de barcos. La apuesta por el arranque del astillero con la reparación de algún buque se produce en un contexto de extremas dificultades por parte de todos los astilleros privados españoles para conseguir nuevos contratos de construcción de barcos, explicaron fuentes del sector.

El astillero gijonés estará listo para recibir buques averiados cuando finalice el verano. Hasta poco antes no habrán concluido los trabajos de acondicionamiento y reparaciones del propio astillero gijonés, en los que trabajan desde hace unos meses unas 40 personas. Los antiguos propietarios del astillero, Factorías Vulcano, habían presentado la solicitud de concurso de acreedores de su filial gijonesa el 29 de mayo de 2009, después de meses de práctica parálisis del astillero gijonés. Durante más de año y medio, el astillero gijonés quedó sin mantenimiento hasta que el juez aceptó la venta de las instalaciones al grupo Armón, el pasado 17 de diciembre. Así las cosas, los trabajos de reparación en la propia factoría naval eran obligados antes de ponerse a operar. Las labores se han centrado en mejorar las grúas, maquinaria y equipos, cuadros eléctricos y tuberías.

El plan que tenía inicialmente Armón para su astillero gijonés consistía en la contratación de buques de un tamaño menor a los tradicionales quimiqueros o dragas, en los que se especializó Juliana cuando aún era un astillero público integrado en el extinto grupo Izar. Armón optaba en cambio por tratar de contratar otro tipo de buques, más pequeños pero más rentables, como los buques de apoyo a plataformas petrolíferas, los buques sismográficos o sísmicos e incluso grandes atuneros. Hasta el momento no ha sido posible. El grupo naviego incluso intentó en estos meses, sin éxito, contratar buques más sencillos como asfalteros.

La contratación de cualquiera de estos buques para su construcción en Gijón ofrecería trabajo para 100 personas del propio astillero y entre 250 y 300 de la industria auxiliar. La reparación naval requiere mucha menos mano de obra, pero también permitirá que comience de nuevo a rodar el astillero gijonés en tanto sus propietarios no consigan ningún contrato mejor, agregan las mismas fuentes.

El grupo naviego se hizo con las instalaciones de la mayor factoría naval de Asturias con el apoyo del Principado, de los sindicatos y del Ayuntamiento de Gijón. El juez asumió la venta de los activos de Factorías Juliana a Armón al considerar que era la mejor opción para evitar la desaparición de los astilleros gijoneses. Naval Gijón, con uno de los diques secos más viejos de España, ya había cerrado tiempo atrás.