¿La «Semana negra» debe seguir celebrándose en Gijón? Los tres grupos políticos de la oposición municipal que ayer participaron en un debate organizado en torno al futuro del evento cultural y lúdico gijonés se mostraron de acuerdo en la necesidad de que el festival «no se vaya de la ciudad». PSOE e Izquierda Unida defendieron el certamen «tal y como se celebra a día de hoy»; mientras que el Partido Popular pidió pequeños cambios estructurales e ideológicos en el evento que dirige cada año Paco Ignacio Taibo II . No hubo ningún representante de Foro Asturias Ciudadanos (FAC), partido que ocupa el gobierno municipal, en la charla celebrada en el propio recinto ferial.

Santiago Martínez Argüelles, portavoz del PSOE y al que el moderador de la charla, Ángel de la Calle, definió como «el ganador de las pasadas elecciones», aseguró durante su primera intervención que la «Semana negra» «tiene que estar en Gijón». «Es algo evidente», argumentó el edil, «es donde creció el festival, donde vivió siempre y donde se transformó. Tiene que seguir estando aquí, en la parcela habilitada del campus, porque en este lugar se puede disfrutar con tranquilidad». Ante un auditorio con muchas caras conocidas -como el ex presidente del Principado Vicente Álvarez Areces y la ex alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso- Argüelles aseguró que la cultura «no es sólo un formato. También es cultura la forma en la que nos divertimos, la noria, los bares... La ciudad de Gijón ha expresado su apoyo al certamen en muchas ocasiones y si acaban con él se lo perderán nuestros hijos». Durante su segundo turno de participación Argüelles polemizó además con los representantes del Partido Popular acerca del estado de las cuentas municipales, «que están saneadas porque por mucho que repitan una mentira no va a ser una verdad».

Los dos concejales que representaban al PP, Manuel Pecharromán y Pablo Fernández, pidieron «determinados cambios» en la organización del ferial. Fernández, por ejemplo, mantiene que la ubicación actual no es la más correcta para la «Semana negra». «Hemos gastado tres millones de euros para poner el certamen en un sitio que no le gusta a la gente, en el que había que salvar obstáculos y hubo que duplicar el presupuesto», sentenció. El edil, que fue abucheado por el público en varias ocasiones y al que el moderador llegó a interrumpir, mantiene que «se debe buscar una ubicación que no genere polémica» y que el ferial precisa «mejoras técnicas» para hacerlo más atractivo. Pecharromán pidió un «diálogo social» para hacer una «Semana negra» con menor carga ideológica: «No puede ser que la izquierda haga cultura de izquierdas y que venga la derecha y la quite». «El éxito de esta celebración es indiscutible», concluyó.

El representante de IU-Los Verdes, Francisco Santianes, quiso también durante su turno mostrar su apoyo a la «Semana negra». El político aseguró que el equipo de gobierno «tiene un plan oculto para expulsar de la ciudad el certamen. Cuando lo quiten de aquí y se lo lleven a otro sitio lo dejarán de hacer porque dirán que no lo quieren los vecinos y cargarán la responsabilidad en las manos de los ciudadanos». Respecto al argumento económico, Santianes manifestó que «lo más preocupante es que haya concejales que cobren 40.000 euros y se dediquen a la empresa privada» en referencia a los ediles semiliberados. El portavoz en la mesa de Izquierda Unida lamentó además la ausencia en el debate de los representantes de FAC, algunos de los cuales, incluida la alcaldesa, Carmen Moriyón, se encontraban en ese momento en la fiesta de cumpleaños del pintor Roberto Díaz de Orosia.

El director del certamen, Paco Ignacio Taibo II, defendió en su turno la celebración de la «Semana negra» en Gijón. En palabras del escritor, el ferial «no puede cambiar en ningún momento porque si no desaparece». Taibo quiso además rechazar el argumento económico: «La subvención no lo es todo y cuando dicen aquello de que hay que pagar horas extra a la Policía y todo eso, yo digo que también hay que hacerlo en los partidos del Sporting y nadie dice nada». Admitiendo la necesaria autocrítica, el director del certamen asegura que la organización «está ahogada con el presupuesto» aunque, a pesar de todo, «si se mantiene el apoyo institucional y las líneas con las que se ha mantenido hasta ahora, la "Semana negra" no se va a ir de Gijón». El certamen cerrará hoy su edición de este año.

La «Semana negra» es evento nómada, quiera o no quiera. A lo largo de sus 24 años de vida ha ido moviéndose por todas las esquinas de Gijón. Desde que en su primera edición el festival se celebrara en El Musel hasta hoy la feria ha tenido hasta nueve sedes. El equipo de gobierno de la anterior Corporación municipal, dirigido por el PSOE, invirtió casi tres millones de euros en la parcela anexa al campus de Gijón en la que hoy se clausurará la vigésima cuarta edición de la «Semana negra». Pero, ¿ha gustado un espacio que ha provocado un duro enfrentamiento con el rector de la Universidad de Oviedo? Hay opiniones para todos los gustos. Para algunos trabajadores de locales de hostelería el cambio ha sido un acierto. Diego García lleva 20 años trabajando en la «Semana negra» y asegura que este año las ventas van mejor que en anteriores ocasiones: «Creo que aquí viene por lo menos tanta gente como cuando el ferial estaba instalado en los bajos de El Molinón y mucha más que el año pasado, cuando se celebró en El Arbeyal».

Por el contrario, Sandra González, trabajadora del Spook, mantiene que sus clientes «se quejan» de la lejanía del nuevo recinto. «La "Semana negra" estaba mejor donde El Molinón», aseguran algunos de estos clientes. «Este año no me gusta nada, creo que estaba mejor antes; en el fondo sólo venimos por la niña, para que suba en las atracciones», mantienen Félix y Marisol, dos gijoneses que pasean con su hija, Nadia, entre las carpas. El paseo es difícil porque ni todas las pegas puestas por los visitantes consiguen que el recinto quede vacío. Los hosteleros aún no han hecho balance, pero algunos ya miraban esta semana la cuenta que se hacía cada día de celebración del ferial y algunos apuntaban que habían conseguido vender hasta 1.000 mojitos diarios.

Las múltiples ubicaciones de la «Semana negra» hacen que sea imposible evitar comparaciones. Para José Luis Iglesias y su mujer, Beatriz González, la nueva instalación mejora a la del pasado año: «Esta vez por lo menos puedes caminar bien y no tienes que ir por la arena, algo que antes era muy molesto y que no nos gustaba nada». La «Semana negra» fue expulsada de los alrededores de El Molinón, donde se había celebrado durante más de diez años, en 2007. Los vecinos del edificio «Gacela», situado en las cercanías del ferial, consiguieron ganar un pleito judicial contra la organización. En 2008 la playa de Poniente acogió el certamen, que posteriormente volvería a viajar, no sin protestas vecinales, hacia el arenal de El Arbeyal durante 2009 y 2010. La ubicación elegida este año, en una parcela de titularidad pública cedida al Ayuntamiento por el Ejecutivo regional, ha enfrentado al gobierno socialista con el rector de la Universidad, que criticaba la cercanía de la «Semana negra» con el campus.