E. CASADO

La salida de Steve Jobs del gigante Apple, la empresa que cofundó, ha generado multitud de comentarios a lo largo de todo el mundo. Pero en Gijón no preocupa demasiado. Un campamento de verano dedicado a las Tecnologías de la Comunicación y de la Información (TIC) prepara, de manera lúdica y divertida, a niños que pueden convertirse en unos años en los sucesores del magnate californiano.

«Fantastic Park» -organizado por la Fundación CTIC, en colaboración con el Parque Científico y Tecnológico de Cabueñes- trata de «fomentar la ciencia y la tecnología de una manera diferente, a través de la creatividad», según Pablo Suárez, responsable de Sociedad Digital de la Fundación. Durante los diez días que dura cada edición (la que se desarrolla ahora es la cuarta y última de este año), los participantes aprenden el funcionamiento de internet, adquieren conocimientos de robótica o descubren en qué consiste la geolocalización.

El geocatching o geolocalización ayuda a conocer nuestra ubicación geográfica exacta a través de dispositivos móviles. El grupo de niños capitaneados por Paula, la monitora, disfrutan de esta actividad -en apariencia complicada- gracias a una gymkhana que consiste en «encontrar puntos del Parque con las coordenadas GPS que nos dan», explica Olga Posada, participante de «Fantastic Park». Una vez encontrado el lugar exacto, deben ubicarlo en un mapa, realizar una prueba, contestar una pregunta y hacer una foto del sitio. «Al principio les costó un poco encontrar las pruebas», reconoce la monitora.

Otro de los proyectos consiste en crear maquetas de ordenadores. La imaginación, de mano de los pequeños, no tiene límite. Uno de los grupos que forman el «Fantastic Park» fusionó un ordenador con un robot y le puso el nombre de «HP TOJJ», «que viene de Tomás, Olga, José y Jaime, que somos nosotros», cuenta José Bermejo. «Es muy ligero y se lleva como un bolso», explica el niño, con su creación (hecha de papel) colgada al cuello. El campamento de verano de CTIC abarca todo tipo de tecnologías. Los chavales también construyen robots totalmente funcionales. Ellos mismos programan las máquinas para que se muevan con sensores de movimiento.

En el ámbito del campus también les dan consejos sobre el uso seguro de internet y de las redes sociales, les enseñan qué puede tener de malo la red de redes o la importancia de la protección de datos. Muchas veces, los padres y maestros de los niños no saben cómo hablar de este asunto y, en numerosas ocasiones, ni siquiera ellos conocen los peligros. El campus se lo explica de forma seria pero amena.

La tecnología conlleva varios problemas para aquellos que no han tenido la suerte de nacer en la era digital. Y el inglés constituye el mayor de ellos. Las nuevas generaciones, mucho más duchas en la lengua anglosajona, lo practican de manera lúdica. En el campamento, los participantes se divierten jugando al tradicional «Ahorcado» con palabras en inglés y sobre la pizarra electrónica. Definitivamente, la tiza ha sido desterrada de las aulas.

El campamento se desarrolla en el entorno de la denominada «milla del conocimiento» de Gijón y cuenta con el apoyo de las empresas allí ubicadas, que muestran su funcionamiento interno a los pequeños con visitas guiadas, con el añadido de que algunos de los participantes del campus son hijos de sus trabajadores. El «Fantastic Park» permite a las familias tener a los críos «entretenidos durante las mañanas» y da la oportunidad de que los niños aprendan «en qué trabajan sus padres», dice Suárez.

El campus crea un intercambio muy interesante entre los niños y las empresas: los primeros aprenden de los segundos, pero también aportan sus ocurrencias. «Aprendemos mucho de ellos porque son muy creativos, nos dan ideas de cómo aprovechar la tecnología para el mundo actual», asegura el responsable de Sociedad Digital de la Fundación.

Los veinte participantes de la edición, de entre 8 y 12 años, están considerados «nativos digitales»: personas que han nacido en la era de la información y, por tanto, les resulta muy fácil acercarse y utilizar los dispositivos digitales. «Es increíble cómo se familiarizan con cualquier tipo de tecnología que no hayan visto nunca», reconoce fascinado Suárez.

El «Fantastic Park» parecía una «actividad impensable para un parque tecnológico», pero «CTIC demuestra que se puede hacer y que tiene muy buena respuesta», dice Suárez. Y recalca que el objetivo es «fomentar el espíritu innovador y creativo de los chavales, así como acercarles a la tecnología en un formato lúdico y de verano».