C. J.

Padres y alumnos intercambiaron papeles ayer con motivo de la tradicional romería asturiana, celebrada tras el período de adaptación en la escuela infantil San Eutiquio, de Castiello. Los niños se transmutaron en vendedores de productos de la huerta cultivados por ellos mismos en una parcela anexa al centro, y los padres acudieron provistos de todo tipo de material escolar para realizar un trueque con los pequeños.

A cambio de pimientos se ofrecían libretas y hubo quien, por una lechuga, entregaba cromos o pegatinas que hicieron las delicias de los niños. «Es ya una tradición de nuestro centro», apuntaba la orgullosa directora, Charo Estrada, finalizado el intercambio. En apenas hora y media se agotaron todos los productos. Pelayo, uno de los afanados vendedores, hacía recuento junto al equipo de profesores de la escuela de las ventas: «Teníamos ajo puerro, patatas, cebollas, perejil, limones y kiwis, calabacines y lechugas», explicaba detrás del mostrador. «Y nueces y avellanas», le apuntaban algunos padres con las bolsas en la mano que daban fe del éxito del intercambio. En tres cajas se recogieron todos los productos aportados por los progenitores.

El lunes, alumnos y familias volverán a intercambiarse los papeles. En este caso serán los padres quienes se encarguen de dar forma de ricos postres a los productos adquiridos ayer. Eso sí, ayudados de los pequeños. Sus creaciones abarcarán desde bizcochos de zanahoria, empanadas de carne, tortillas, frixuelos, casadielles a la clásica tarta de manzana. Será una merienda para compartir y enseñar a los niños todas las posibilidades de la huerta asturiana en el inicio de otoño. Los más pequeños se han encargado de confeccionar estos días los manteles sobre los que se servirán tan ricas propuestas gastronómicas.