J. M. C.

La reciente muerte del joven de 16 años Humberto Duarte, como consecuencia de las heridas que sufrió al ser arrollado por un vehículo cuando caminaba por la autovía del Príncipe de Asturias el pasado viernes, vuelve a abrir el debate, especialmente en las redes sociales, sobre la idoneidad de mantener una vía rápida de dos calzadas, cada una con tres carriles, como unión entre dos de las zonas más populosas de Gijón: La Calzada y Pumarín.

Más que una avenida, la del Príncipe de Asturias es una autovía urbana atestada de tráfico pesado, ya que es prácticamente el único vial de alta capacidad para dar servicio por carretera al puerto exterior de El Musel.

El 29 de marzo de 2005, el entonces presidente del Gobierno de Asturias, el socialista Vicente Álvarez Areces, presentaba, en las oficinas centrales de la Autoridad Portuaria de Gijón del paseo de Claudio Alvargonzález, los nuevos accesos previstos al puerto exterior: uno por el valle de Aboño y el otro por el de Jove.

El pasado 22 de septiembre, el flamante presidente de la Autoridad Portuaria, Emilio Menéndez, aprovechó el acto conmemorativo del primer año de la entrada en servicio de la autopista del mar entre El Musel y Nantes-Saint Nazaire (Francia), para pedir al Gobierno del Principado de Francisco Álvarez-Cascos Fernández un esfuerzo para agilizar la construcción de los nuevos viales. Ninguno de los dos está en obras seis años y medio después de que fuera anunciada su construcción.

Estas dos autovías son la clave para que el Ministerio de Fomento ceda al Ayuntamiento de Gijón la titularidad de la avenida del Príncipe de Asturias. El anterior equipo de gobierno municipal, liderado por la socialista Paz Fernández Felgueroso, intentó en varias ocasiones, sin éxito, que Fomento transfiriese al municipio la titularidad de la autovía-avenida del Príncipe de Asturias. La respuesta desde el ámbito ministerial siempre fue la misma: la del Príncipe de Asturias es una vía fundamental para El Musel que permanecerá en manos de Fomento hasta el día en que entren en servicio los dos nuevos accesos al puerto exterior por Aboño y Jove.

De esta forma, desde hace años en el Ayuntamiento se está a la espera para poder acometer las obras para convertir la autovía del Príncipe de Asturias en una avenida bulevar que «pacifique» el tráfico y facilite la conexión peatonal, con todas las garantías, con amplias aceras y zonas verdes, entre La Calzada y Pumarín. Asimismo, aprovechando las obras, que también se construya un carril-bici que permita unir los circuitos para ciclistas existentes en la parte sur de la trama urbana de Gijón.

El Ministerio de Fomento también se opuso, en su día, a la conexión de la calle de Dolores Ibárruri con la autopista «Y», en la zona de La Braña, para lograr una ronda interior con la calle de Velázquez desde la carretera Carbonera.

A pesar del gravísimo accidente del pasado viernes, por los arcenes de la autovía del Príncipe de Asturias transitan numerosos peatones y ciclistas, como se puede observar en las dos fotografías superiores. Las imágenes fueron tomadas ayer. En la superior, se ve a cuatro peatones que caminan por el arcén, dos en dirección a Pumarín y otros dos hacia La Calzada, mientras que sobre estas líneas se aprecia (a la derecha) a dos ciclistas circulando por el arcén en dirección al barrio de La Calzada.