R. GARCÍA

Juan Carlos García no salía ayer por la tarde aún de su asombro. Alrededor de las ocho de la mañana este pescador aficionado, vecino de La Felguera, se encontraba con un amigo capturando chipirones a escasos metros de la playa de El Arbeyal cuando, de pronto, realizó el hallazgo del día: una ballena jorobada de más de diez toneladas de peso y unos once metros de longitud golpeó su barca para posteriormente quedar enredada en un aparejo que estaba utilizando un pescador profesional. El mamífero, que se encontraba a 17 metros de profundidad, se desplazó posteriormente hasta la playa de San Lorenzo. «Nunca había visto una cosa así», relataba García aún impresionado. El pescador dio aviso de lo sucedido a la torre de Salvamento cuando pasaban pocos minutos de las ocho de la mañana.

Fue entonces cuando empezó el amplio dispositivo de rescate del cetáceo, que se desplegó a lo largo de la bahía de San Lorenzo coordinado por el 112 de Asturias. En el operativo participaron especialistas de Salvamento Marítimo, de Cruz Roja, del Servicio de Inspección Pesquera y de la Guardia Civil. Los profesionales colocaron una boya al final de los más de 50 metros de cabo que tenía enganchados el cetáceo en su cuerpo. Después de tres horas de trabajos, la ballena quedó en libertad. «El animal pudo haberse acercado a la costa por despiste, este tipo de ballenas son poco habituales en Asturias», explicaba ayer Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma). El ejemplar rescatado había sido visto el lunes en las inmediaciones de Cuevas del Mar, en Llanes. Esta es la tercera ballena jorobada que se localiza en las costas de la región en lo que va de año.

El único disgusto que tiene ahora Juan Carlos García es el de no haber podido grabar a la ballena «cuando la tuve tan cerca». A pesar de que utilizó los dos móviles que llevaba encima, el pescador no logró recoger la imagen del día: «Estoy un poco disgustado, pero al menos lo vi». Ayer, los gijoneses pudieron de nuevo salir «a ver la ballena», dicho asentado en la ciudad desde que en octubre de 1895 el vapor «Sultán» capturara un ejemplar de esta especie en las aguas de la costa local.