Luján PALACIOS

Marta Ferrao ha hecho el camino a la inversa y le ha salido bien. Gijonesa de 25 años, con 17 decidió instalarse en Madrid para convertir en realidad su sueño de ser diseñadora de moda. Hace apenas un año, regresó a Gijón y acaba de conseguir el primer puesto del V Certamen de «Jóvenes Diseñadores», celebrado en el Balneario de Las Caldas hace unos días. «Si eres bueno, lo eres en cualquier parte, no por estar fuera eres mejor», asegura la joven.

Con un pequeño taller en el que atiende a sus clientas, modela, cose y diseña, Marta Ferrao se siente «muy feliz y afortunada», aunque su sueño pasa por crear su propia marca, «hacerla más visible, estando en mi propia tienda de cara al público y lanzar en el futuro una línea de ropa "prêt-à-porter"». Por eso, el galardón como la mejor diseñadora joven de Asturias se le presenta como «una gran oportunidad para darme a conocer». En el próximo mes de febrero competirá con los representantes del resto de España para alzarse con la distinción al mejor talento joven del país, una competición «dura, porque hay mucha gente haciendo grandes cosas».

Ferrao se confiesa «una apasionada de la costura» y en su taller hace de todo de manera artesanal. Y siempre «aportando ese plus de valor que tienen las piezas exclusivas, para ocasiones especiales». La colección con la que se ha convertido en la mejor diseñadora de la región se inspira en su filosofía de trabajo, para «una mujer femenina, con un toque de sofisticación y con mucha personalidad, porque la mujer es la belleza, y yo trato de potenciarla con la ropa», asegura. Y aunque todo tiene cabida en el universo creativo, Marta Ferrao asegura no compartir el gusto por la oleada de creaciones de jóvenes diseñadores que presentan a mujeres «andróginas, planas y con ropa que parece pensada para el hombre».

La gijonesa ha concursado con seis «looks», con creaciones en tonos crema, «nude» y negro, con abundancia de lazadas, «que siempre me han parecido muy elegantes», y con la espalda como elemento protagonista de la colección. Esas mismas prendas son las que ahora competirán a nivel nacional, «un orgullo y un gran reto, es mucha responsabilidad», subraya.

Titulada en Diseño de Moda por el Instituto Europeo de Diseño (IED) de Madrid, pasó tres temporadas trabajando con Juanjo Oliva, y asegura que es «muy difícil» hacerse un hueco en el mundo de la moda, porque «hay mucha competencia, aunque yo más bien veo a los demás como compañeros, cada uno con sus propios estilos».

A pesar de todo, ella decidió instalarse en Gijón para intentar crecer profesionalmente porque «en el Norte la gente viste muy bien, y he visto un hueco, un sector de clientes que iban a Madrid o a otras grandes ciudades a hacerse la ropa, y pensé que por qué no iba a poder intentarlo», cuenta la diseñadora, que pone como referencia a «Galicia, con su gran cantidad de diseñadores de grandísima calidad que han triunfado desde su tierra».

Por el momento, cuenta con una cartera de clientas «pequeña», pero con la que asegura estar muy satisfecha, sobre todo porque ya hay gente que «ha repetido, y eso me hace mucha ilusión». Con ellas trabaja cada paso de la creación con mimo, desde las sugerencias iniciales de cada mujer que pasa por su taller hasta el modelado «en tres dimensiones, sobre el maniquí» y hasta los remates finales de cada detalle.

«Coser es apasionante, es un trabajo artesanal que exige mucho, pero que también da muchas satisfacciones cuando ves el producto terminado, cuando las clientas se ven bellas», asegura la creadora gijonesa. Ella, con sus agujas y sus ideas, ya ha comenzado a triunfar.