Luján PALACIOS

El arquitecto Miguel Díaz-Negrete (Palencia, 1920) falleció ayer en Gijón con 91 años, aún en activo, con una larga lista de edificios notables que llevan su firma en distintos puntos de la región y con el Sporting como parte indisoluble de su trayectoria vital y profesional.

Instalado en Mieres con pocos días de vida, Díaz-Negrete era hijo de arquitecto y mamó la profesión desde siempre, influenciado por el trabajo de su padre, José Avelino Díaz Fernández-Omaña. Inició la carrera en Madrid en 1935 y la terminó en 1947, con un paréntesis obligado por causa de la Guerra Civil. Al año siguiente de acabar sus estudios se incorporó al estudio de Manuel del Busto justo después de su fallecimiento, por ofrecimiento de su hijo Juan Manuel del Busto. El año después, los dos ganaron el concurso nacional para el edificio de la Caja de Ahorros de Gijón, en la plaza del Carmen.

Fue el primero de una larga serie de trabajos que hoy perduran en la ciudad, entre los que figuran, de manera destacada, el colegio de La Asunción, el Sanatorio del Carmen, la remodelación del paseo del Muro y Pérgolas, el Ateneo Jovellanos, el conjunto de las «1.500» viviendas del Polígono de Pumarín, el pabellón de La Arena, la iglesia de San Miguel de Pumarín, el colegio de Las Ursulinas, la iglesia de los Carmelitas, la rehabilitación de la Escalerona ejecutada en 2002, las oficinas de la Feria de Muestras, las Torres Jovellanos en la avenida de la Constitución y varios edificios en la plaza del Humedal, Corrida, Munuza o Santa Lucía, entre muchas otras obras en Gijón.

En Oviedo también proyectó una casa para Proyecto Hombre, junto con trabajos en Colunga (el mercado de abastos), Langreo (un edificio en el Polígono de Riaño), Piloña (el conjunto parroquial de San Román de Villa) o Ribadedeva (el hotel Santo Ángel en Colombres).

Además de desarrollar su trabajo desde el estudio de Del Busto en Gijón, también fue arquitecto municipal de Colunga, y perteneció a la Junta de Gobierno del Colegio de León, Asturias y Galicia. En el año 1998 le fue concedida la medalla de oro del Colegio de Arquitectos de Asturias al cumplirse los 50 años de su vida profesional en activo. El propio Miguel Díaz-Negrete indicaba el año pasado, en las «Memorias» publicadas por LA NUEVA ESPAÑA, que de su estudio salieron cerca de 4.000 expedientes. Hasta el día de ayer continuaba en activo, siendo así el arquitecto más veterano de Asturias.

Díaz-Negrete también dedicó mucho tiempo a otra de sus pasiones, el Sporting de Gijón. Vinculado desde siempre al club, fue uno de los miembros de la comisión gestora que presidió Ramón Gómez Lozana entre noviembre de 1959 y febrero de 1960. Posteriormente fue vicepresidente con Víctor Manuel Felgueroso.

Su pasión por equipo le llevó a encargarse de manera altruista de realizar el proyecto de construcción de la Escuela de Fútbol de Mareo, una tarea que mantuvo hasta su inauguración ya con Manuel Vega-Arango como presidente en marzo de 1978. Previamente, en 1951, se había hecho cargo de la remodelación de El Molinón. La afición al Sporting se mantuvo hasta el último momento. De hecho, el pasado sábado participó en el encuentro anual de veteranos del club.

Además, Manuel Díaz Negrete también practicó el golf con asiduidad, y fue uno de los socios fundadores del club de Castiello. A todo ello hay que sumar que Díaz Negrete, integrante de Acción Católica, fue fundador de Proyecto Hombre «después de una experiencia trágica familiar», como él mismo contaba. Su implicación con tantos proyectos ha hecho que su pérdida sea llorada por muchos, y desde muy distintos ámbitos.

Viudo de Ana María Sanz, tuvieron seis hijos: Ana, Marisol, Miguel, Teresa, Belén y Cristina. El funeral por su eterno descanso tendrá lugar mañana, a la una de la tarde, en la iglesia de San Pedro.