Luján PALACIOS

La exposición lleva por título «Miradas desde las sombras», pero en relidad refleja miradas luminosas y llenas de esperanza. El Antiguo Instituto alberga desde ayer una muestra de 26 imágenes que forman parte de un proyecto solidario para reflejar de cerca a los inmigrantes en Asturias, muchas veces tan desconocidos.

Luis Vigil-Escalera y César Fernández han sido los dos profesionales de la imagen encargados de dar forma a un proyecto ideado por la organización no gubernamental Intervalo. Tal y como contaba ayer en la inauguración de la exposición Luis Vigil-Escalera, la idea de retratar a los inmigrantes salió del propio colectivo, que también allanó el camino para que los modelos se prestaran a ceder a la cámara unos instantes de su vida.

«Querían que plasmáramos momentos de la vida de las personas que han venido de otros países buscando un futuro mejor en Asturias, con un objetivo divulgativo», apunta el fotógrafo. Con esta premisa, y teniendo en cuenta que «apenas los conocemos, muchas veces sólo de verlos en mercadillos», pero sabiendo que son «vecinos como los demás, con sus problemas y alegrías», los dos fotógrafos con que contó Intervalo para el proyecto se lanzaron a captar las miradas de los inmigrantes, siempre en una clave positiva. Todas las fotos tienen en común que «son robadas», explica Vigil-Escalera. Los modelos no posaron en ningún momento, con el fin de que las imágenes fueran lo más espontáneas posible.

En ellas se puede ver a inmigrantes procedentes de países latinos, de Marruecos o de Senegal, y todos ellos accedieron de buen grado a participar en el plan. Al final, y por encima de todo, «ha resultado una experiencia humana muy enriquecedora», apunta el fotógrafo, con «reuniones en casa de los inmigrantes y situaciones de amistad que han ido surgiendo a raíz de las fotografías».

Además, cada una de las imágenes que se muestran en el Antiguo Instituto han sido apadrinadas por comercios y personas a título individual, que han corrido con los costes de impresión en gran formato para la muestra.

El proyecto no ha hecho más que empezar con esta exposición. Le seguirán, si los recortes en el presupuesto no lo impiden, otras dos: «Miradas desde la claridad», que reflejará cómo las esperanzas se convierten en realidad, y «Añoranza», un repaso fotográfico de cómo estas personas llegaron a España. y de todo lo que dejaron atrás para ello. En total, Luis Vigil-Escalera prevé que el proyecto se prolongue durante otros dos años.

De esta manera, Intervalo pretende cerrar el ciclo del periplo vital de los participantes en el proyecto. Como apuntan los responsables del colectivo, «nuestras prisas, nuestros problemas, no nos pemiten detenernos y observar la realidad que nos rodea». Ahora, con las imágenes del día a día de quienes «cuidan a nuestros mayores y hacen las tareas más ingratas», se revela una nueva cara de la inmigración.