Gracias a ella, Isabel Llano Pahíno, Gijón se ha convertido en el epicentro de una galaxia que va camino de convertirse en infinita. Quienes siguen en Twitter a «Isasaweis», su nombre popular, rondan la cifra de 50.000 y las reproducciones de sus vídeos sobrepasan los 50 millones. Detrás de ese fenómeno social hay una chica joven, guapa, sencilla, muy bien preparada, que posee un gran encanto natural. Han tratado de imitarla, pero la fuerza de comunicación que emana de su personalidad es inimitable.

-Por favor, defínase.

-Reconozco que me entusiasmo con todo lo que hago. Considero que la familia es muy importante; estoy casada y tengo un hijo, Mateo, de nueve meses. Creo que soy bastante práctica, aprendiz de muchas cosas y maestra de nada. Muy curiosa, me paso la vida aprendiendo... Me encantan las manualidades, la cocina, la moda... Nací en Gijón, en 1976.

-¿Dónde vive?

-En la zona de Montevil, de momento; ya he cambiado siete veces de residencia, y mi domicilio actual tampoco es el definitivo.

-Su nombre, tan sonoro, ¿de dónde procede?

-Uno de mis familiares siempre me llamaba así, Isasa, como una derivación de Isabel. Y de otro modo Weis es la terminación de una flor preciosa, edelweiss, la flor de las nieves.

-¿De pequeña, qué quería ser?

-Siempre soñé con ser profesora; mi padre lo es. Al terminar la carrera de ingeniería informática hice oposiciones a profesora de Educación Secundaria, pero me quedé sin plaza, y aún sigo esperando. Si saliera un destino, lo asumiría, es mi vocación. Mientras tanto, me dediqué a otra cosa.

-¿Es consciente de que se ha convertido en un fenómeno social?

-A veces ocurren cosas que te hacen caer en la cuenta. Hace poco me invitaron a la inauguración de una tienda en Sevilla, y desde dentro vi una gran cola en la calle. Pensé que algo debían de ofrecer en Zara, por su proximidad, pero no; la cola era para verme a mí. Entonces compruebas tu popularidad, pero mi vida es la de una mujer normal.

-¿El éxito se digiere bien, o es fácil que se suba a la cabeza? -Yo lo he asimilado muy bien, como algo muy bonito, amable, que no ha cambiado mi vida.

-¿Cómo se inició en esta carrera?, ¿cual fue su primer paso?

-Un día descubrí en «Youtube» a una chica americana que estaba enseñando cómo maquillarse. Me gustó aquel plan, lo encontré práctico y fácil. Salí a comprar una cámara y grabé un vídeo en el que explicaba el modo de hacer un moño usando calcetines. Lo puse en «Youtube» y en seguida tuve visitas. De esto hace dos años, y se han hecho de ese vídeo más de un millón de reproducciones. Seguí grabando más cosas, todas relacionadas con la belleza, pero un día comenté que me gustaba la cocina. «Anímate», me dijeron. Mis recetas tuvieron enorme aceptación. Poco después, durante mi embarazo, hice varios vídeos sobre la maternidad y también gustaron.

-¿En qué materia se encuentra más a gusto?

-Cada una tiene su atractivo. El tema de la maternidad me encanta, pero mis recetas de familia animan a muchas personas a cocinar. Y la belleza sirve de orientación respecto a productos que son muy buenos y baratos.

-¿Tiene algún proyecto nuevo en perspectiva?

-Sí, una página web con más ideas, donde habrá un foro para compartir con la gente, y una sección de concursos, otra de encuestas, y un buzón de sugerencias. En cuanto a los vídeos, voy a hacer uno con los mejores productos de belleza que cayeron en mis manos durante 2011. Por ejemplo, los BB Cream orientales han sido todo un descubrimiento; en Japón los usan desde hace años. Son un maquillaje ligero, muy natural, que hidrata, unifica el tono de la piel y corrige manchas y rojeces. También los coloretes Sleek, de tonos muy bonitos: son baratos y soportan muchas horas. Y hay un «eye liner» de Yves Rocher fantástico.

-¿Ha pensado en cuál es la clave de su éxito?

-Puede que la cercanía, la empatía con el público. Mis explicaciones son fáciles y dicen que transmito cariño, alegría y cierta dulzura.

-¿Le molesta que le hayan salido un montón de imitadoras?

-No, al contrario, yo animo a todo el mundo a que haga lo mismo, es hermoso compartir, enseñar. Todos hemos aprendido de los demás y hubo mucha gente que me precedió y otra que me seguirá.

-¿Hay un momento estelar en su carrera?

-Quizá corresponda al programa que tuve en TV3 yo sola, durante 20 jornadas, titulado «El mundo de Isasaweis».

-Económicamente, ¿qué le retribuye su gran audiencia?

-Hasta el momento los ingresos proceden de los contratos de radio o televisión, de los vídeos publicitarios que me encargan algunas marcas, y de un libro editado por Planeta, a su vez, «El mundo de Isasaweis».

-¿Le lleva mucho tiempo, este trabajo?

-Todo. La ventaja es que puedo hacerlo en casa y compaginar con él mis tareas domésticas y el cuidado de mi niño.

-¿Qué no puede soportar?

-Que las personas no se traten bien unas a otras. Los malos gestos, las malas palabras...

-¿Y sin qué no podría vivir?

-Sin mis redes sociales, Twitter, Facebook... Sin mi ordenador y mi iPhone.

-¿Cambiaría algo en su apariencia física?

-Algunas cosas, como perder un par de kilos, o modificar mi peinado, todo de forma natural, pero nunca recurriendo al quirófano, o a artificios extraños.

-¿Qué posee que sea de su dilección?

-Un edelweiss de marfil, muy antiguo, que me regaló un familiar. «Te va a traer suerte», me dijo.

-¿Y qué talento añadiría a su persona?

-El de cantar bien; me quedo tonta ante una buena voz. Y ser políglota.

-¿Qué ha cambiado la crisis en su entorno?

-Muchas cosas. A mi marido lo despidieron de su trabajo hace un año, y ahora trabaja como autónomo, es un «free lance». Yo también soy autónoma.

-¿Qué les pide a los Reyes Magos?

-Hace años que no les pido nada, así que diré que me dejen como estoy, ya que paso por un momento muy feliz.

«Tengo en perspectiva hacer un vídeo con los mejores productos de belleza que cayeron en mis manos durante 2011; por ejemplo, el descubrimiento de los BB Cream orientales»