Su pasión por el Gijón donde nació hace 33 años llevó hace un tiempo a Pelayo Barcia Castañón a enrolarse en la aventura política de Foro Asturias y, unos meses después, a decir hasta luego a Imasa Ingeniería -«la mejor empresa del mundo», matiza con una sonrisa»- para dar el salto a la Administración pública como director del Área de Empleo del Ayuntamiento de Gijón. La nueva obsesión de este ingeniero formado entre Asturias y Gales es hacer saber que los despachos de la Agencia Local de Promoción Económica y Empleo, incluido el suyo, tienen las puertas abiertas para cualquier gijonés que lo necesite. Tarea no les va a faltar.

-Gijón arranca el año con casi 26.000 parados, ¿un lastre demasiado grande para esta ciudad?

-Es un lastre difícil. Ahora tenemos 25.970 parados y a finales de 2007 sólo había 15.095. En la Seguridad Social vemos que se pasó de 103.202 personas en 2007 a 93.740 actualmente. Cruzas unos datos con otros y todo cuadra: se han destruido once mil puestos de trabajo en cuatro años en la ciudad.

-¿La curva de futuro sigue hacia abajo o hay cambios?

-Es difícil saber la tendencia, aquí nadie es adivino. Aunque si profundizamos en los datos vemos que hay elementos esperanzadores. En construcción se ha pasado de 13.000 personas trabajando a 8.600, y en el sector servicios, de 73.000 a 69.000, pero en industria se ha pasado sólo de 16.000 a 15.500. Así que lo lógico sería potenciar el sector industrial, porque es un sector que aguantó bien. Otro dato es que el único sector que ha crecido es el de la Administración pública. Se ha pasado de 4.000 a 4.500 empleados públicos de las diversas administraciones, excluyendo Sanidad y Educación, que pasaron de 13.000 a 14.000 empleados. El sistema público ha crecido cuando la ciudad ha reducido su actividad y su población. Éste es el sector al que falta por llegar la crisis.

-¿Cuál es la razón de la gran pérdida de empleo en el sector servicios?

-La reflexión es sencilla: el consumo es sólo interno.

-Pues el año pasado los datos del turismo fueron muy buenos...

-Si no hubiera sido por eso el año podría haber sido peor, pero está claro que por cada puesto de trabajo que se destruye en cualquier sector, se destruye uno en el sector servicios. El turismo es una industria, tratémosla como tal, y hagamos productos atractivos, exclusivos, diferenciadores y, por supuesto, de calidad. Todas las ciudades del norte de España ofrecen lo mismo: gastronomía, centros culturales sin contenido como el Guggenheim, el Niemeyer o Santiago Cultural, y turismo rural. Gijón debe ser más competitiva para atraer, sobre todo, al turismo extranjero.

-Entonces, ¿la salvación es la industria?

-El sector industrial depende de multinacionales y hay que internacionalizarse. Quien está capacitado para trabajar para esta multinacional aquí puede trabajar para esa multinacional en Kazajistán o en Sudáfrica. Esa internacionalización se favorece con infraestructuras que están pendientes de hacer o terminar como la ampliación de El Musel, la ZALIA, las conexiones marítimas con el norte de Europa y, por supuesto, esperamos que algún día haya un AVE a Gijón.

-¿Qué va a hacer este Ayuntamiento para luchar contra esa cifra de paro?

-Trabajamos sobre cuatro ejes principales, aunque dos no son directamente del área de empleo. Por un lado, la facilitación de créditos a empresas, y por otro, la posibilidad desde principios de este mes de crear una empresa en 24 horas.

-Una empresa en 24 horas, ¿cómo y dónde?

-Es un servicio que está en Urbanismo (Casa Rosada) que unifica la orientación para el autoempleo, el tema de tasas de Hacienda y las licencias urbanísticas. Una persona presenta una declaración responsable donde dice que quiere abrir un negocio en la calle tal y declara que está todo en regla. A partir de ese día ya puede empezar a trabajar y luego es la Administración la que irá a revisar todo. Se trata de contar con la madurez del sector empresarial.

-En cuanto a acciones de empleo, ¿hay cambios sustanciales sobre el diseño actual?

-Somos responsables y no vamos a cambiar el modelo al 100% de un día para otro. Continuamos con un plan de empleo y el programa de acciones complementarias, pero incluimos, como experiencia piloto para este año, que entre 20 y 50 personas -de los 175 beneficiarios que calculamos que puedan estar en lo que ahora es el PIME y que seguramente se llamará Gijón Inserta- irán a trabajar a empresas. Aunque cuando empiecen con nosotros no van a saber si formarán parte o no de esa experiencia. Todo dependerá de la demanda de las empresas a las que abriremos una convocatoria pública para que presenten proyectos concretos especificando qué formación se va a dar al empleado, que tutorización... Nuestro equipo se encargará de gestionar que esos trabajos se realizan, que la persona no está ni haciendo fotocopias ni llevando el café. Que trabaje en algo que le valga de verdad. No es un proyecto para beneficiar a la empresa, aunque lógicamente la beneficiará, es sobre todo para beneficiar la progresión profesional de la persona, porque el objetivo del plan no es que esté trabajando nueve meses en la empresa, sino que llegue a quedarse en ella. O en otra. De esta manera puede poner en el currículum que estuvo trabajando en una empresa y no en un plan de empleo, aunque lo pague la Administración.

-¿Cobrarán del Ayuntamiento aun trabajando en una empresa privada?

-Si el convenio de la empresa es mejor, la empresa tendrá que aportar más. Estamos valorando porcentajes, pero calculamos que, mínimo, mínimo, un 75% del sueldo lo va a pagar la Administración.

-¿Y es legalmente factible esta opción?

-Tenemos el aval del Principado y legalmente lo lógico sería rescindir el contrato en el Ayuntamiento y hacer un contrato con la empresa. Así que, a efectos legales, el trabajador pertenecería a esa empresa. Todo parte de una experiencia del Ayuntamiento de Rotterdam que tiene un convenio con el puerto de allí, para el que forma trabajadores que luego traspasa.

-¿Qué cálculo tiene sobre beneficiarios de todos los planes de empleo?

-Creemos que serán unos 670 trabajadores. Unos serán trabajadores directos que irán contratados a diferentes áreas municipales y otra gente la gestionaremos directamente desde la Agencia en los planes de empleo. En el salario joven, que es el primer programa que nos viene, hay 120 que van al Ayuntamiento y 97 al plan de empleo. En acciones complementarias contamos entre 220 y 280, y otros 175 en lo que sería Gijón Inserta.

-¿Este tipo de planes públicos de empleo han tenido utilidad para frenar el avance del paro?

-Aunque en la última legislatura se mejoró el sistema introduciendo limitaciones y criterios de selección más objetivos, se había generado una red clientelar de personas que conseguían concatenar cursos de formación y contratos de planes de empleo. Era una situación de pleno empleo y sólo estaban en situación de desempleo los colectivos más desfavorecidos, que recibían una ayuda pública. El problema de este modelo únicamente vinculado a proyectos y trabajos municipales es que limita el futuro de los beneficiarios, ya que no se dan a conocer a la empresa privada. La tasa real de inserción es del 0,6%. Sólo nueve personas tienen un contrato de más de dos años sobre 1.500 personas que pasaron por aquí. Yo no echo la culpa a nadie, es lo que había. La razón de que ahora hagamos estos planes de empleo mixtos es que queremos que la gente se dé a conocer a las empresas. Hay una mala fama, que yo creo es errónea, de la época del plan PILES.

-La novedad en empleo es el «plan mixto». ¿Y en formación?

-Como idea innovadora hay una ayuda a aquellas personas desempleadas que realicen un curso de especialización de su carrera profesional en un centro reconocido. La ayuda cubriría hasta un 50% de la matrícula con un máximo de 500 euros. Es lo que llamamos el cheque formación. Ahora tenemos un nuevo modelo de parado, principalmente gente joven y cualificada, que necesita cursos muy específicos para poder mejorar sus posibilidades. Nosotros no podemos realizar esos cursos, pero podemos dar esa ayuda porque entendemos que todo el que esté en el paro tiene el derecho y la obligación de mejorar su formación. Hay una reserva de 100.000 euros y haremos convocatorias bimensuales. Si vemos que funciona, el año que viene habrá más, y si no funciona, cortamos. Ésta es la única manera. Yo estoy dispuesto a decir «acerté» o «me equivoqué», pero hay que hacer cosas. También será novedosa la línea de «cursos a medida» para empresas que lo puedan solicitar.

-¿Se mantienen las ayudas directas a la contratación?

-El objetivo es garantizar contratos de la mayor duración posible e incentivar la contratación en empresas que puedan crear empleo, especialmente autónomos y pymes. Hemos incrementado el presupuesto de esa partida de 300.000 a 750.000 euros, así que recortes en empleo, ninguno; y también hay una convocatoria para entidades sin ánimo de lucro por 603.600 euros.