C. JIMÉNEZ

El hospital de Cruz Roja de Gijón acumula dos ejercicios consecutivos con unas «discretas pérdidas económicas» de explotación, según su gerente, Carlos Prieto Fernández-Miranda. En cifras absolutas son 260.000 euros, de los que 200.000 corresponden a 2010 y los 60.000 restantes, al año pasado. «Confiamos en que en 2012 cerremos a cero», aseguró ayer el responsable del centro sanitario concertado, cuya principal fuente de financiación son las derivaciones procedentes del Servicio de Salud del Principado (Sespa). Del ente público dejó de facturar Cruz Roja de Gijón en dos años dos millones de euros, pasando de 15,7 millones de euros en 2009, 14,4 en 2010 y 13,6 el último año.

En el desglose anual de actividad las intervenciones quirúrgicas, los controles de Sintrom, las citologías y programas de cribado de cáncer de mama concentran buena parte de las funciones de la plantilla del centro hospitalario (integrada por 250 personas), pero su gerente sostiene que se hace necesario «compensar» las pérdidas económicas registradas con una mayor actividad en los quirófanos. No obstante, la desviación en el balance anual «no tiene una naturaleza suficiente para justificar un ERE», explica Carlos Prieto. De hecho, si se logran sanear las cuentas del Estado «nosotros podríamos reducir esas pérdidas», hasta tal punto que el gerente de Cruz Roja confía en cerrar el ejercicio 2012 con «déficit cero». Para lograr ese objetivo el personal del centro suma dos ejercicios con el sueldo congelado y los índices de sustitución se han reducido hasta el 45% en el último año. «Se dejó de contratar plantilla eventual en topes de actividad», indicó Prieto, lo que supone que 35 familias ya no viven del salario del hospital de Cruz Roja. Todos esos ajustes representan un ahorro del 4% en gastos de personal que se traduce en 200.000 euros en valores absolutos. En este sentido, Prieto valora positivamente otra de las cifras de actividad del hospital: «Los índices de absentismo son bajísimos, en torno al 5%, cuando la media en una empresa sanitaria se sitúa en el 12%».

Pero lo importante, insiste el gerente, «es que hemos perdido dos millones de euros de facturación desde 2009». Esa situación conduce a que las tarifas del centro también han bajado, pasando de una media de 1.350 euros en 2009 a 800 euros en el ejercicio 2011. ¿La razón? Los procesos que se derivan son de menor complejidad, argumenta el gerente. Desde agosto de 2010 no se han vuelto a realizar operaciones de prótesis. La solución a buena parte de sus problemas pasa, según Prieto, por «que nos den un poco más de actividad quirúrgica».