M. CASTRO

De las 140 hectáreas ganadas al mar con la ampliación del puerto de El Musel, unas 32 son las que ya han sido urbanizadas. La obra de ampliación del puerto gijonés fue concluida oficialmente en diciembre de 2010. Más de un año después, aún queda pendiente el acondicionamiento de la mayor parte de los nuevos muelles para los que ya se han consumido más de 700 millones de euros y estén disponibles para los operadores portuarios.

Es precisamente la falta de operadores interesados en instalarse en los nuevos muelles lo que ha llevado a ralentizar la urbanización del puerto exterior, que no estará concluida antes de 2014, según las previsiones de la Autoridad Portuaria. La ampliación de El Musel se justificó en sus inicios como una necesidad para ampliar la capacidad de la terminal de graneles sólidos, EBHISA, trasladándola hasta el nuevo muelle norte. Un informe encargado por la Autoridad Portuaria y pagado por Arcelor, de 2010, consideró inviable económicamente ese traslado, un escenario que no se podría revisar antes de 2015.

De las más de 50 hectáreas del nuevo muelle norte, proyectado para albergar una terminal con capacidad para descargar 25 millones de toneladas de graneles sólidos al año, sólo se van a acondicionar 10 hectáreas para trasladar allí la descarga de graneles sólidos que hasta ahora se hacía en otro muelle, en volúmenes sensiblemente inferiores a los que maneja EBHISA.

El resto de la superficie del nuevo muelle norte se acondicionará entre los años 2013 y 2014. El acondicionamiento de la zona reservada para una terminal de graneles líquidos, colindante a la explanada de 22 hectáreas que ocupa la regasificadora, se contratará este año.

La Autoridad Portuaria de Gijón trató en 2009, con la obra de ampliación ya muy avanzada, de convencer a Arcelor-Mittal (principal cliente de EBHISA) del traslado de esta terminal granelera al nuevo muelle norte. La operación tendría un coste de 150 a 200 millones de euros. Tras el estudio realizado en 2010 por Atic Services que vio inviable el cambio, los responsables de El Musel empezaron a buscar alternativas.