-¿Hay proyecto para el carril bici del Muro?

-No es bueno cambiar la movilidad urbana de una ciudad cada poco. Hay que dotarla de estabilidad. En tráfico todo lo que hagas afecta a todo y todos tenemos una visión muy parcial de lo que tenemos y no nos damos cuenta de que la ciudad es una red. En el Muro hay un proyecto y una partida presupuestaria. Lo tenemos todo, pero queremos abrir ya al tráfico la avenida de Castilla para hacer un control de flujos y poder ver cuántos vehículos puede asumir esta calle. Hay varias opciones. Se habla de actuar sobre la mediana y de eliminar un carril en uno de los sentidos, pero todo esto lo va a marcar la avenida de Castilla. No queremos equivocarnos, sólo nos faltan los informes de tráfico vinculados a los flujos y en cuanto los tengamos estará todo listo. Es un asunto que no llevará mucho tiempo en cuanto se abra la avenida de Castilla.

-También se han ampliado los aparcamientos para motos...

-La política de ampliar los aparcamientos para motos se viene haciendo en Gijón desde hace dos o tres años, y nosotros hemos decidido continuar con ella. Este mismo mes se van a construir otros dos. Son pequeñas obras que no requieren mucho gasto ni una inversión exagerada y que generan beneficios, aunque ya se sabe que en tráfico nunca llueve a gusto de todos. Vamos a seguir haciéndolos.

-¿Qué otros proyectos maneja?

-Estamos trabajando mucho en la normalización viaria de zonas de la ciudad que en los últimos tiempos han ido cambiando mucho, como Roces o Viesques, barrios que han crecido considerablemente. Algunas calles tenían una configuración y un sentido determinado y ahora se han convertido en arterias principales. Se está haciendo un estudio de todas estas zonas. El barrio no funciona hasta que cobra vida y zonas como la de la rotonda de Viesques tienen problemas puntuales. Hay que darles solución poco a poco.

-En el programa electoral se hablaba de formar a porteros de locales...

-Es un tema pendiente, pero el mandato aún no ha acabado. Había otros problemas más urgentes, pero el tema de los porteros hay que acometerlo ya. Vamos a reunir a todas las partes afectadas, a los hosteleros y a los trabajadores y miembros de la seguridad privada, para que conozcan bien cuál es el marco normativo en el que se tienen que mover y qué cosas pueden y cuáles no pueden hacer. Tiene que haber un criterio en la actuación. Todo el mundo tiene que saber cuál es su papel y hasta dónde se puede llegar. Se darán unos cursos de formación para porteros y se les explicará la ley de Seguridad Privada. El objetivo es que el ejercicio de ese trabajo no genere más problemas de los que hay.

-¿En qué consiste la Policía comunitaria?

-Este nuevo cuerpo se va a ir incrementando poco a poco. Ahora está dando sus primeros pasos. Son policías locales que están destinados en barrios y que circulan en motos de pequeña cilindrada con la obligación y el encargo de conectar con todas las entidades y asociaciones del barrio, hablando con comerciantes y vecinos puerta a puerta. Tienen que entrar en el comercio pequeño y en la asociación para preguntar y recoger las inquietudes del barrio en el que trabajan elaborando informes y transmitiendo los problemas. Se trata de tejer una tela de araña por los barrios involucrando a todos. De forma paralela, un responsable se sitúa en el departamento de Participación Ciudadana y se establece como el punto de contacto entre todos los agentes. Cuando el ciudadano requiere una atención urgente está el 092 o el 091, pero cuando no es urgente y se quiere transmitir algo que no funciona se puede hacer a través tanto de la comunitaria como de la Participación Ciudadana.

-¿Se han solucionado los problemas en Fomento?

-Ha habido unos episodios muy desgraciados. Tanto que han costado la vida de alguna persona. Son sucesos muy graves y de eso no cabe duda, pero por esos acontecimientos puntuales no podemos juzgar a un conjunto. Fomento es un lugar de ocio donde hay mucha gente y no todos se comportan mal. Hay actividades que perturban la convivencia, sin duda. La solución va a estar muy relacionada con la ordenanza de la convivencia, pero ya se tomaron medidas y se ha ampliado nuestra presencia en la zona. Queremos conseguir que el hostelero tenga un papel fundamental en este tema para que no sólo expulse de su bar a alguien que crea problemas, sino que, además, avise a la Policía de lo que está sucediendo. La inseguridad subjetiva en la zona de Fomento está volviendo a su cauce, aunque siempre puede haber algún roce, pero son conflictos y problemas menores. El gobierno local está decidido a hacer cumplir los horarios.

-Es una vieja reivindicación...

-Vamos a instar a los servicios responsables de esta materia para que se examinen las licencias de los locales en los que hay sospechas fundadas de que se comete fraude o hay presunción de que no están ejerciendo la actividad que se anuncia. Hay empresarios que piden una licencia para una actividad que luego no realizan y sólo quieren con el permiso un horario más cómodo o menos restrictivo, y eso no se puede permitir. Queremos dinamizar la hostelería, pero siempre cumpliendo la ley y examinando las licencias de los que están pervirtiendo el sistema.

-En el programa también se hablaba de la ORA...

-Eso se va a acometer ya. Hay cosas que no dependen de nosotros porque están en la ordenanza y para cambiarla hay que ir a Pleno. Pero quizá sea el momento. La ciudad de hace 20 años no es la que hay hoy. Aún no se ha estudiado, pero queremos hacer un estudio del funcionamiento de la Empresa Mixta de Tráfico en general para ver si conviene ampliar o no la zona azul, si hay que cambiar el funcionamiento de la grúa o poner zona roja. Todo se estudiará. La zona azul tiene ventajas e inconvenientes. Dentro de la programación de la concejalía se va a abordar ya este tema. Hay que estudiar qué pasa, por ejemplo, con la gente que trabaja en determinadas zonas y eso se debe hacer con calma. Abrir debates es una filosofía de este equipo de gobierno.

-¿Qué se va hacer finalmente en la avenida Schultz?

-No se va a hacer nada. No tenemos previsto ningún cambio. A los vecinos no les gustaría que se tocara la configuración actual y a los servicios de emergencias, por ejemplo, tampoco. En la avenida de Portugal se cambió por el estudio que teníamos encima de la mesa. Es una vía un poco especial. Lo que está claro es que nunca llueve a gusto de todos, buscamos diferentes cosas según el uso que hacemos de cada zona.

-¿Cómo va el plan de movilidad?

-Está en el horno. Lo que va a hacer el plan es coger la ciudad de manera global para intentar dar una respuesta global a todo, sin parches. Lleva tiempo, porque es complicado de hacer. A veces se nota una cierta ansiedad en lo que a cambios se refiere, pero hay problemas que no se pueden solucionar sobre la marcha. Todo va a ir resolviéndose y llegará un momento en el que todo vaya teniendo una solución. Hay cosas muy avanzadas ya que sólo tenemos que librar la partida presupuestaria. Unas cosas se están solucionando y otras están en proceso.

-¿La «zona 30» es la solución?

-Hay que establecerla en lugares en los que se tiene que reducir la velocidad o que casi quieras peatonalizar, y eso hay que estudiarlo.