J. M. C.

La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón Entrialgo, consideró a los profesionales y voluntarios de Proyecto Hombre «sanadores del cuerpo y también de la mente», mientras que de Luis Manuel Flórez, «Floro», afirmó que «aportó compromiso con letras mayúsculas» a Gijón.

Tuvo un recuerdo Carmen Moriyón para el arquitecto Miguel Díaz Negrete, recientemente fallecido y activo colaborador de Proyecto Hombre, una institución que, dijo la Alcaldesa, caló en Asturias y en Gijón «de forma contundente».

Desde su creación, en 1987, proyecto hombre tuvo tres sedes: la primera en La Calzada, la segunda en El Natahoyo y luego en un edificio compartido con el Albergue Covadonga, al lado de la calle de Sanz Crespo.

La institución está a la espera de un nuevo traslado, esta vez al edificio destinado para servicios sociales que se levantó entre las avenidas de Moreda y de Juan Carlos I, en el barrio de El Natahoyo.

En representación de la Junta General del Principado de Asturias, su presidente, Fernando Goñi, estimó que «el trabajo que está realizando Proyecto Hombre en Asturias, con Floro a la cabeza, es encomiable; es digno de elogio y debe ser apoyado y tomado como ejemplo».

Centrando su homenaje a la entidad en la persona de su presidente, Fernando Goñi señaló que Floro encarna «el sentido de la responsabilidad cívica», ya que «la sociedad tiene una deuda contigo porque el sentido de la responsabilidad no abunda, aunque debería» y «responsabilidad es cumplir con las obligaciones que nos son propias, sin excusas, sin evasivas».

Finalizó su intervención el presidente del Parlamento regional dirigiéndose a Luis Manuel Flórez desde al atril para decirle que «tú nos has demostrado, y esperemos que tu ejemplo cunda, que para comenzar un gran proyecto hace falta valentía y, para llevarlo a buen puerto, perseverancia».