A. RUBIERA

El cese de cuatro operarios de servicios, interinos en la Residencia Mixta de Pumarín, fue la gota que colmó el vaso y que ayer motivó una concentración de protesta de portavoces sindicales de CC OO y CSI a las puertas del gran centro social gijonés. La exigencia que ambas centrales hacen a los responsables autonómicos de la política social es que «nos presenten, de una vez, un plan de futuro viable para el organismo autónomo ERA (Establecimientos Residenciales de Asturias). Porque lo peor es la sensación de que todo son parches y no tiene claro qué quieren hacer con estos centros ni cómo hacerlo», explicó Nicanor González, de la Corriente. Entre esos parches, los portavoces sindicales refieren «la enorme sensación de deterioro que hay en los centros, con una descoordinación absoluta entre departamentos, sensación de vacío de poder y la lógica falta de inversiones que repercute en la calidad del servicio que se ofrece a los mayores».

El mantenimiento del empleo público, en contra de una amortización de plazas que se está haciendo de forma encubierta -dicen los sindicatos-, y la apertura de instalaciones ya terminadas y que «costaron mucho a los asturianos», como es el caso de la residencia de Montevil «Aurora Álvarez», son otras de las preocupaciones que tiene buena parte del personal del ERA. También ellos temen que la falta de dinero y las nuevas orientaciones políticas acaben por dejar los centros de ancianos como el de Pumarín o Montevil «en manos privadas».