J. L. A.

«¡A la porra la crisis!». La Sardina, sin bautizar aún y a la espera del nombre que le otorguen por votación popular los gijoneses, eligió ayer la banda sonora de «Pretty Woman», para pasmo del concejal de Cultura y compositor de «La capitana», Carlos Rubiera. Y así entró, como brazo de mar, en la Casa de la Palmera, donde mediado el día, hora del ángelus, se presentaba el «Antroxu 2012». «Nada cómo ir de compras para levantar el ánimo; es buenísimo contra el estrés», insistió, auxiliada por Falo, ese sufrido héroe del Carnaval gijonés al que bolsas y paquetes le hacían semejante a un pulpo con antifaz, capa y el resto de aditamentos de un supermán de andar por casa.

Acomodose por fin la Sardina entre Rubiera, que llegó ayer erudito a la Casa de la Palmera, bien sabida y subrayada la prosa de Constantino Cabal y su «Contribución al Diccionario Folclórico de Asturias», y la gerente de teatro Jovellanos, Teresa Sánchez, y dejó a hablar a ambos. El concejal, uno de los asturianistas transversales de Foro Asturias, se felicitó de la recuperación de la palabra bable «antroxu» y comentó su latina etimología. Tirando de las sabidurías de Cabal y de las propias, comparó los ciclos festivos del Carnaval y de San Juan; fue, después, a los tiempos neolíticos, cuando los humanos acoplaban sus días y sus noches a los de la naturaleza. Ya ha advertido a la muchachada de «Abierto hasta el amanecer» que cuidado con trasnochar, que conviene estar despierto cuando el gallo canta, que nada de fundir kilovatios alegremente y hasta altas horas de la madrugada en los polideportivos municipales.

Rubiera contó, además, qué es el Xueves de Comadres, cuando mandan ellas, y la significación del «domingo el gordu», y cómo llega el «martes de carnaval», y cómo todo acaba con el «entierru de la Sardina», que anuncia ya las estrechuras de la Cuaresma. Y no le faltó al concejal el optimismo que necesita el personal en este año crítico, según vaticina el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco de España y los heraldos de las agencias de calificación o descalificación, según se mire. «El Antroxu superará seguro la crisis, pues ha superado el paso de los siglos», concluyó solemne.

La Sardina, aunque parezca extraño, dejó hablar. Y fue así que llegó el turno de Teresa Sánchez. Desgranó el programa del «Antroxu 2012», que arranca el próximo jueves 16 con el día de comadres. La gran novedad de este año son «les «mazcares» que se harán en el paseo de Begoña (ver programa completo en esta página). En su enumeración, le gerente tuvo problemas con algunos vocablos asturianos (xolgoriu, por ejemplo), pero, como buena salmantina, estuvo fina y al quite. Así que pidió disculpas por su deficiente bable, ante la mirada atenta de Rubiera, que para algo es maestro, académico y fue pionero en los cursos de escolarización, cuando Conceyu Bable.

La presentación fue animándose con esas y otras intervenciones. Por allí estaba, claro, el impar pregonero Agustín Fernández, que hablará el viernes 17, antes de que el respetable se pase un poco, como todos los años, con la estatua de Pelayo, primer soberano. Disculpó con oficio el bable de la gerente: «No ye culpa tuya ser castellana, sino de tu madre». Y también la ausencia, achacable a la quiebra de Spanair, de su «partenaire». Recién llegado de Miami, aunque con raíces profundas en las Cuencas (tiene gran parecido con el actor mierense Alberto Rodríguez), el pregonero pugnó con Falo por ver quién pagaba la «paquetada» de la Sardina. Todos insistieron en que mejor olvidarse de la crisis. Como si fuera fácil.