Pablo TUÑÓN

La capilla de San Martín y el bar anexo que tiene la Asociación de Vecinos de Veriña amanecieron ayer con desperfectos tras la entrada de unos ladrones que se llevaron bebidas y cobre pertenecientes al colectivo vecinal. Se desconoce cuándo visitaron el lugar los cacos, que fue inspeccionado ayer por la mañana por agentes de la Policía Nacional.

Como todos los primeros domingos de cada mes, tocaba misa de doce en la capilla de San Martín de Veriña. Varias vecinas se acercaron antes de la celebración al templo para adecentarlo, pero se encontraron con una desagradable sorpresa: la puerta había sido forzada y en el interior había signos de robo. Las sospechas se confirmaron cuando al inspeccionar el bar que utilizan para las fiestas se percataron de la ausencia de muchas bebidas que tenían guardadas en su interior. No saben cuándo se pudo cometer el delito, dado que el templo y el bar la mayoría de los días no tienen actividad.

En la capilla, los ladrones forzaron la puerta y lograron acceder a ella, aunque no parece que se hayan llevado nada. «Revolvieron, pero nada más. No faltan ropas del párroco ni objetos litúrgicos», señaló Amancio López, presidente de la asociación vecinal.

Donde sí han echado en falta muchas cosas es en el bar, situado a escasos metros de la capilla. Además, también es donde produjeron más desperfectos, ya que los cacos accedieron al local derribando un tabique y salieron forzando la puerta. Como botín se llevaron dos cajas de vasos de sidra, otras dos de vermú, tres de vino de Rioja, seis de vino corriente, dos de cerveza, una de tónica, otra de refrescos, seis botellas de «Tío Pepe», una paellera con resistencia eléctrica incorporada y diez varillas de cobre que utilizaban para tirar los voladores. Los ladrones tuvieron que cargar con todo, dado que la finca de la capilla y el bar tienen cierre y no hay casas alrededor, lo que favoreció que los cacos cometiesen el robo sin que se enterasen los vecinos.