M. C.

De los 18 millones de euros en que Arcelor-Mittal cifró las pérdidas de las instalaciones de productos largos de Gijón en 2011, entre 6 y 8 millones se debieron a los costes por laminaciones defectuosas del tren de alambrón.

El origen de este problema está, según fuentes del sector, más en la acería de Veriña que en el propio tren de alambrón. Inclusiones en la palanquilla (elementos químicos indeseados dentro del acero, que lo hacen más frágil), grietas producidas al colar la palanquilla y restos de polvo de cobertura (se usan para retardar el enfriamiento de la palanquilla) son los fallos que suelen acabar obligando a desechar alambrón laminado con ese acero defectuoso. Ese alambrón desechado es el de alta calidad que exige la industria del automóvil, pero sería material perfectamente válido para otros usos.

La mitad del alambrón de más alta calidad que se produce en Gijón va destinado a factorías de Michelin en Francia y Vitoria, de las que el taller gijonés es suministrador preferente. El resto lo adquieren, entre otros, dos grupo trefileros que suministran a diversos fabricantes, el italiano Bekaer y la trefilería burgalesa Ubisa.