Portavoz del Grupo municipal Socialista en el Ayuntamiento de Gijón

R. VALLE

Santiago Martínez Argüelles optaba en mayo a perpetuar la presencia del PSOE en la Alcaldía de Gijón, pero la suma de los votos de Foro y el PP le convirtieron en el líder del principal partido de la oposición. Tras unos meses compaginando política con vida universitaria como profesor de Economía Aplicada, asume ahora un puesto de dedicación exclusiva.

-¿Por qué ahora? ¿No lo hizo bien su equipo o se equivocó usted al volver a la docencia?

-Ni una cosa ni otra. Hubo circunstancias en la organización del propio grupo, pero yo también necesitaba un período de reflexión acerca de cómo organizar el futuro. En este momento surgió la oportunidad de dedicarme plenamente a la ciudad y en esta ciudad hace falta gente dedicándose plenamente a ella.

-¿Eso va por la Alcaldesa?

-Tómese como se quiera. Gijón necesita impulso, empuje y determinación y nosotros, como el partido político más importante de la ciudad y el grupo mayoritario de la Corporación, tenemos una responsabilidad que asumir.

-No para de decir que Gijón está paralizada. ¿De verdad cree que es para tanto?

-Es para tanto y lo dice todo el mundo. «Está todo parado» es como se describe la situación actual.

-No todo será culpa del Ayuntamiento, algo tendrá que ver la crisis económica.

-Es cierto que hay una crisis general y no se pueden pedir milagros a un Ayuntamiento, pero también es cierto que el Ayuntamiento puede hacer muchísimo más de lo que hace. Sus decisiones agravan más una situación ya de por sí complicada.

-Ejemplifíquelo

-Decidir que en 2012 no haya prácticamente inversión en la ciudad es una decisión totalmente equivocada. Las decisiones tomadas, por ejemplo, con el plan de fachadas significan que un sector que estaba funcionando razonablemente bien con casi 400 trabajadores, entre empleos directos e indirectos, va a cerrar durante este año. Y eso no es achacable a la crisis mundial, eso es achacable a una decisión municipal errónea.

-¿Por qué es tan crítico con el presupuesto de Foro si sólo es tres millones inferior al último que usted firmó?

-Por eso soy especialmente crítico con ellos, porque nunca una reducción tan pequeña ha causado un desastre tan grande. Hay un cambio absoluto en las prioridades municipales que pasa por priorizar una innecesaria amortización de deuda frente a la dinamización de la actividad económica de la ciudad y la inversión, que es lo que hace falta. Deliberadamente no se ha querido hacer esto, y ésa es una decisión política de Foro y del PP, de los dos.

-Carmen Moriyón inició su mandato comprometiendo su apoyo a los 25.000 parados que dejaba el PSOE en Gijón. Ahora hay casi 28.000 parados...

-Y si utilizase sus mismos términos debería decir que su aportación en los últimos meses ha sido dramáticamente relevante, pero no lo voy a hacer porque creo que sería injusto achacarle a un Ayuntamiento la responsabilidad del desempleo. Sí creo que un Ayuntamiento tiene que contribuir a crear condiciones para que se genere empleo, y eso es lo que le achaco a este Ayuntamiento, que no ha contribuido para nada. Al contrario, ha contribuido a acelerar el crecimiento del desempleo. En Gijón el paro creció en estos últimos meses un 20%.

-¿Tendría solución si se hubiera alcanzado ya un pacto de concertación social?

-A mí me preocupa que haya pacto, pero me preocupa más cuál es el contenido de ese pacto y me preocupa muchísimo más que haya dinero detrás de ese pacto. A veces tengo la impresión de que se trata de una gran sopa de letras que detrás no tiene absolutamente nada.

-Foro mantiene que el empleo no lo tiene que crear la Administración pública, sino la empresa privada. ¿Está de acuerdo?

-El crecimiento del desempleo se produce en la franja de edad de entre 30 y 55 años, que significa el 55% de los desempleados. Y detrás de este grupo de población hay muchas familias, muchas hipotecas. Son personas que antes se reenganchaban con relativa facilidad al mercado de trabajo pero que ahora cuando salen ya no pueden volver a entrar. Alguna estrategia tendremos que abordar desde lo público para dar cobertura social y laboral a esas personas porque es evidente que el sector privado es incapaz de hacerlo. Igual que el sector público tiene una labor fundamental como formador y en dar una primera oportunidad de empleo. El sector público no es el que genera el empleo, pero sí las condiciones para mejorar las oportunidades de empleo.

-¿Cree que este julio podrá ir a la «Semana negra»?

-Me gustaría. A nosotros sí nos gusta la «Semana negra». Siempre hemos dicho, y no nos cuesta nada volver a repetirlo, que es uno de los elementos culturales que proyectan a Gijón en el mundo.

-¿Por qué se empeña Foro en que se realice en la Feria pese a todos los problemas?

-Eso le corresponde explicarlo al gobierno. De hecho le corresponde explicar también por qué dice que apoya a la «Semana negra» pero no hay ni un duro para ella en el presupuesto y por qué durante cinco meses no han querido hablar de la «Semana negra» y ahora se consumen todos los plazos para hacerla viable. Su estrategia cultural es la destrucción de lo que han sido los hitos culturales de esta ciudad en cuanto a su proyección al exterior.

-¿Por qué no puede Carlos Rubiera cambiar al director del Festival de Cine como han hecho otros concejales con gerentes de empresas o directores generales?

-Es normal que se cambie de responsables. Se han cambiado muchísimos en el Ayuntamiento y se puede cambiar perfectamente al del Festival de Cine, pero los cambios tienen que tener un fondo y una forma. La forma ha sido absolutamente desafortunada y el fondo es difícil de explicar sensatamente. El problema es que se ha sustituido algo que funcionaba por el vacío. La «Semana negra» y el Festival de Cine dan idea de la profunda depuración cultural que se está realizando en Gijón y en Asturias. Yo creo que revela que el modelo de Foro es un modelo profundamente ideológico que utiliza la cultura como elemento político de primera magnitud.

-¿Le preocupa que la ordenanza cívica no pare de conjugar el verbo prohibir?

-Este modelo de ordenanza cívica es una manifestación más de la moral extremadamente conservadora que tiene este equipo de gobierno. Este borrador es una desafortunada exposición de despropósitos que reflejan una concepción integrista de la vida pública.

-¿Despropósitos?

-Despropósito es sancionar a los mendigos, sancionar a las prostitutas y sus clientes... Sólo nos falta prohibir a la gente que circule por la calle. Claro que hay que poner normas, pero en un contexto de cooperación, colaboración, formación y eficacia. No se puede prohibir y sancionar absolutamente todo.

-¿Y la solución al problema del «botellón», que es el origen de este debate?

-Los expertos nos dicen que no es recomendable prohibirlo ni hacer «botellódromos», que lo conveniente es intervenir desde la educación y la implicación de familias y colectivos diversos. No se puede tratar el «botellón» sólo como una cuestión de orden público.

-A su juicio, ¿qué es lo más reprochable en la actuación del gobierno de Foro en Gijón?

-Su problema es empeñarse en conducir mirando por el retrovisor. Están más preocupados por mirar hacia atrás que por mirar hacia adelante, y eso es lo reprochable para mí. Han desmontado la estructura de la ZALIA, no han hecho nada en cuestiones industriales centrales como lo que pasa en Arcelor, se han encogido de hombros ante el Gobierno de Asturias cuando le quitan a Gijón cuatro millones del «plan A», no se preocupan de lo que pasa en la EBHI, no hablan de la estrategia comercial del puerto de Gijón... Lo estratégico para Gijón es abordar su proyección económica y el problema de 27.500 familias de parados. Sobre esa prioridad, cero patatero, prefieren dedicarse a caxigalines.